Nuestro adiós a Aitor Mazo

El actor nos deja a la temprana edad de 53 años

Esta noticia nos afecta especialmente, amigos, no sólo porque Aitor Mazo era un gran profesional de la interpretación que se ha caracterizado especialmente por ser un magnífico secundario de la gran y la pequeña pantalla, sino porque, ante todo, tenemos la certeza absoluta de que el bilbaíno era una maravillosa persona, de esas de las que quedan poquitas en el mundo y hoy, por desgracia, aún menos.

Es una noche triste para nuestro cine, teatro y TV, para los vascos y, sobre todo, para los allegados de Mazo, que ha fallecido a la joven edad de 53 años. Todo parece indicar que el intérprete ha sufrido una insuficiencia coronaria, pero habrá que esperar a los resultados de la autopsia para confirmarlo.

Actor, guionista y director, Aitor Mazo acababa de presentar hace unos días en el Teatro Arriaga de Bilbao la obra en la ponía rostro a Anton Abbadia, el explorador, geógrafo, astrónomo y promotor de la cultura vasca, personaje al que ahora deja huérfano. Igual de desolado que deja a su amigo Karra Elejalde, al que acompañó recientemente a la presentación en Madrid de la última cinta que ha rodadoeste último, A esmorga.

Mazo, nacido en Bilbao en 1961, comenzó su andadura como portero de fútbol. En 1983 decidió colgar las botas y dedicarse al teatro. Se hizo miembro del grupo Maskarada, donde estuvo hasta el 87 y creó junto a Lander Iglesias y Patxo Telleria la compañía Txirene. Debutó en el cine en 1989 con Lauxeta, a los cuatro vientos y desde entonces, ha participado enmultitud de títulos comoVacas, Airbag, La Comunidad o ese éxito reciente que ha sido Ocho Apellidos Vascos, portando la sotana de sacerdote, papel que el intérprete iba a repetir en la secuela.

Asimismo, Mazo ha trabajado activamente en la TV, en series como Los ladrones van a la oficina, Médico de familia, Hospital central, Cuéntame o Amar es para siempre, entre muchas otras. Actualmente, se le podía ver en El Chiringuito de Pepe y El Ministerio del Tiempo.

No sólo se atrevió con la interpretación, el bilbaíno exprimió su faceta como director junto a Patxo Telleria en La máquina de pintar nubes y Bypass.

" No soñaba con ser actor, pero sí en cierto modo con la vida que llevo. Soy un privilegiado porque hago lo que me gusta, pero siempre estoy pisando la tierra", confesó Mazo en una entrevista.

Nuestro más sentido pésame a los familiares y amigos del actor, pintor de sueños al que las nubes le han reclamado demasiado pronto.