Lo sé, llevo bastante más que bastante sin aparecer más que para lo imprescindible… de nuevo. Pero nos hemos liado la manta a la cabeza y hemos hecho lo inimaginable: cambiar a Bebé Fúturo de habitación.
Hasta ahora colechábamos, cada uno en su sitio: Papá Fúturo en mi lado de la cama, Bebé Fúturo en su cuna y yo en medio, en el lado que habitualmente siempre ha sido de Papá Fúturo. Más que nada porque era el sitio donde cabía la cuna, en mi lado no había manera de meter nada y de lo contrario, la mudanza habría sido estrafalaria.
Llevaba un tiempo dándole vueltas a la idea, quizás Bebé Fúturo se despertaba por las noches por los movimientos míos, los ronquidos de Papá Fúturo. ¡O vete tú a saber! Pero cada día me resultaba más atractiva la idea de cambiarle de habitación por muchos motivos.
Lo que definitivamente me animó fue leer ESTE ARTÍCULO de Mi Pediatra Online. Me di cuenta que la que no estaba descansando nada de nada era yo, la que cada día tenía un humor más de perros era yo y que no podía seguir en esta situación. Papá Fúturo no descansaba bien tampoco, yo no tenía un descanso de calidad y esa situación se tenía que terminar o acabaría yo durmiendo en la cuna con él alguna noche. El niño se le notaba que dormía bien, pero yo, con cada mínimo ruido, lo sacaba de la cuna para darle teta y creo que más de una vez lo he hecho de forma involuntaria. Y estamos hablando de un niño de nueve meses y ocho kilos y medio…
Bueno, pues el domingo de la semana pasada, allá por el 22 de noviembre (parece que fue ayer) trasladamos su cuna a su habitación y desde entonces, allá se acuesta todas las noches.
¿Cómo ha sido el cambio para nosotros? Vamos a analizarlo…
(Nota: esa semana Papá Fúturo tenía turno de Noche durante toda la semana)
Día 1 (domingo, 22/11/2015): Estaba derrengada, la verdad. Se despertaba una media de cada media hora u hora entera… Así que al tercer despertar, lo metí en la cama y finalmente durmió toda la noche conmigo.
Día 2 (lunes, 23/11/2015): no sé si por el cambio de tiempo, por el cambio de hábito, por frío, calor o santas pascuas, pero se despertaba cada hora, hora y pico. Yo, de sueño ligero, estaba siempre a punto de dormirme o recién dormida cuando me llamaba. Por lo que me interrumpió todos los ciclos de sueño. Pero aguanté toda la noche con él en la otra habitación.
Día 3 (martes, 24/11/2015): Tardó muy poco en dormirse y se despertó sólo 2 veces en toda la noche, diez minutos cada vez. Me siento algo más descansada. A las tres y media y a las seis y media.
Día 4 (miércoles, 25/11/2015): Se durmió muy temprano, sin cenar, y se despertó a las 9:30, con dos despertares. A las tres y media y a las seis y media.
Día 5 (jueves, 26/11/2015): Parece ser que ya empezamos la rutina de dormirnos pronto, dos o tres despertares más o menos a las mismas horas y dormir bien.
Días 6, 7 y 8 (viernes – domingo): Pues más o menos la misma tónica, dos despertares, ya voy casi sonámbula y me duermo dos minutos mientras toma teta. No estoy fuera más de diez minutos de la cama.
(Nota: Papá Fúturo termina sus turnos de noche y está libre durmiendo con nosotros)
Día 9 (lunes, 30/11/2015): Debo de estar hormonando porque por la mañana me despierto derrengada y apenas fueron 3 despertares. Quería matar, a todo se le suma un día horrible, bronca del jefe (el martes, después de dormir) y todo horrible.
Día 10, etc. (martes, 02/12/2015 – hoy): Bueno, ya hemos asumido que va a tener dos o tres despertares nocturnos y habrá días en los que yo descanse mejor o descanse peor. Pero la calidad de vida en la familia se ha recuperado un poco.
Creo firmemente que el cambio ha sido a mejor, simplemente habrá días en los que esté mejor o peor en función de cuánto sueño profundo he tenido por la noche. A veces será más o a veces será menos, pero definitivamente los días que son más me siento MUCHO más descansada que los días de colecho en los que descansaba mejor. Eso sí, ha sido más duro de lo que me esperaba y si pienso que ha sido mejor ha sido por un tris porque nos planteamos volver a cambiar la cuna… Pero bueno, vamos a resistir un poco más.