Todos hemos escuchado hablar en algún momento de lo poderosa que es la mente, pero no sé si realmente somos conscientes de hasta que punto eso es así.
Imagina que estás en una playa solitaria, de aguas cristalinas y arenas blancas. Brilla el sol, la temperatura es perfecta, y tú descansas a la sombra de las palmeras. Respiras tranquilo y relajado, y simplemente disfrutas del paisaje, hasta que de repente oyes un ruido extraño y tu cerebro se enfoca en él. No sabes lo que es ni de dónde viene, pero ya no puedes dejar de estar alerta y preocupado, ni disfrutar de todo lo demás.
Pues eso es lo que pasa en nuestra vida diaria. Tenemos montones de motivos para ser felices pero nos enfocamos en los problemas o en las cosas negativas y acostumbramos a nuestra mente a centrarse solo en eso, posiblemente como mecanismo de defensa, pero no nos damos cuenta que estamos dejando pasar montones de cosas de las que podríamos disfrutar.
Encontré esta frase que me gustó bastante:
“Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron”, de Michel de Montaigne.
Es normal tener miedo e incertidumbre pues nunca sabes lo que la vida te depara, hay que estar atentos y preparados para cuando nos veamos en medio de una situación difícil sepamos reaccionar ante ella y solucionarla, pero no podemos “educar” nuestra mente sólo en lo negativo ni vivir con miedo, porque muchas veces sufrimos por cosas que ni siquiera han pasado.
Por ejemplo… ¿Qué mamá no sufre cuando su hijo/a sale de casa? Nos imaginamos que le van a pasar miles de cosas y sufrimos hasta que lo volvemos a ver en casa otra vez… y ¿por qué no pensamos que está bien, que está con sus amigos y se está divirtiendo? imaginaos lo que puede desgastar ese sinvivir continuo… pues así vivimos muchas situaciones, es normal y prácticamente imposible ser feliz si no cambiamos eso.
Cosas a tener en cuenta.
Son unos simples consejos que seguramente ya conocemos pero que muchos todavía no llevamos a la practica.
La vida es un camino de rosas, tiene muchas espinas, pero no podemos permitir que el miedo a pincharnos nos quite el placer de disfrutar del color, el olor, y la belleza de la flor. Podemos aprender a no pincharnos, o si nos pinchamos, aprender a sanarnos pronto, ya que sabes que seguramente algún día te pincharás, pero eso no te puede impedir continuar tu camino y disfrutar de todo lo que hay en él.
* Si tienes un problema sé fuerte y busca soluciones cuanto antes. No lo alargues en el tiempo, cuanto más tardes en soltarlo más pesará y más daño que sanar tendrás después.
*Si no lo puedes solucionar aprende a vivir con ello. Si nos pasamos la vida lamentándonos por algo, ¿va a desaparecer antes el dolor? No verdad, al contrario, haremos que duela cada vez más y lo haremos más grande. Asúmelo y continúa tu camino.
Todo esto es mucho más sencillo de lo que parece. Está muy bien que nuestra mente esté preparada para reaccionar cuando “estamos en peligro”, pero no podemos vivir en un estado de alerta continuo, porque eso nos llevaría a una situación de estrés y ansiedad que terminarían en enfermedades mucho peores. Por supuesto que la vida a veces te pone en situaciones bastante dolorosas, y cada una tiene su tiempo de cura. Pero no te quedes ahí lamentándote porque si sigues alimentándola será como una bola de nieve que crecerá y crecerá hasta que acabará contigo.
Ya sabes que ser feliz es posible y depende únicamente de ti y de tu manera de afrontar la vida. No te lamentes tanto, y enfoca esa fuerza en algo que te permita estar mejor, seguro que tienes algún motivo para ser feliz, así que céntrate en eso y enseña a tu cerebro a serlo!!