Revista Cultura y Ocio
"Al atardecer de un día de otoño, no importa precisar el año, una barquichuela mugrienta y de ruín aspecto, con dos personas a bordo, surcaba las aguas del Támesis entre el punte de hierro de Southwark y el de piedra de Londres. Esas dos personas son un hombre de edad y una mujer de diecinueve años."
Lo sé, el bicentenario del nacimiento de Dickens fue el año pasado, este año toca Cortázar... pero yo voy por libre. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual la última gran novela escrita por Dickens, hoy traigo, Nuestro común amigo.
Un joven heredero de la fortuna de su padre, tiene que casarse para que dicha herencia se haga efectiva. Y no le vale cualquier mujer, ha de ser una a la que ni siquiera conoce. Viaja para ello a Londres, pero antes de su llegada encuentran un cadáver flotando en el Támesis y lo identifican positivamente como el suyo, así que la herencia pasa a un obrero con consecuencias encadenadas en la sociedad y dejando al joven a su propia suerte e inventiva para conseguir el puesto que legítimamente le correspondía.
Siendo esta la última novela del autor, es lógico que nos encontremos a un Dickens más depurado, en su ironía, en su crítica social, en los diálogos las descripciones... si ayer traía una novelita corta hoy son más de setecientas páginas las que necesita este novelón que fue publicado en su momento, como tantas obras de Dickens, por entregas. Sólo así se entiende la longitud de algunas de sus obras cuando la resolución del enigma de turno era incluso previsible. Sin embargo no nos importa porque en esta historia de herencias, amores, engaños y mentiras, los que cobran protagonismo son los personajes. Todos ellos. Como siempre, buenos muy buenos y malos muy malos, pero igualmente entrañables entre sí.
El tono irónico y la crítica a las dobles caras me hicieron reír durante gran parte de su lectura y, debido a su extensión tengo que reconocer me tuvo ocupada bastante tiempo. Una novela estupenda, si os digo la verdad... hasta llegar a su parte más conocida, el final. Dentro de esta novela, con la que conocemos la sociedad de la época y los intereses que les mueven, el final resulta seco, apresurado... abrupto. Nos deja sorprendidos después de haber estado disfrutando de ese tono pausado casi de cuento que tanto le gustaba a Dickens usar en sus narraciones. Sin embargo no estropea la historia, pese a dejarnos con los ojos abiertos la novela que hoy traigo es entretenida, divertida, recorre cada estrato social y, tal y como corresponde a este tipo de historias, no dejan de suceder cosas página tras página. Se trata, pues, de una lectura más que recomendable para incluir entre los estantes de nuestras bibliotecas. A fin de cuentas, el autor es una apuesta segura y no viene mal salirse de los títulos archiconocidos.
Y vosotros, ¿qué habéis leído de Dickens?
Gracias