Hace ocho años protagonizaban la actualidad española Mario Conde, enviado de nuevo a la cárcel condenado a veinte años, Juan Alberto Perote que le entregaba sus secretos de espionaje, los “fiscales indomables” que se negaban a actuar contra Conde, y una conspiración contra Felipe González que voceaban, utilizando el GAL y la corrupción socialista, unos periodistas que aceptaban jocosamente el apelativo de “sindicato del crimen”.
Paralelamente, se intentaba desacreditar a la Monarquía para establecer una República presidida por el cofundador de ese sindicato, Antonio García-Trevijano.
El Supremo condenó a Conde, por fin, y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que el traidor Perote fue juzgado en España con defectos de forma, aunque su condena fue justa.
Por entonces, José María Aznar se veía en secreto con el comunista Julio Anguita para lanzar la campaña del “Váyase, señor González”, que luego multiplicaba especialmente el periódico “El Mundo”, encargado de regurgitar los secretos de Perote, el GAL y las corrupciones del PSOE.
Conde, que evaporó cientos de miles de millones de pesetas de Banesto, le advertía a González que si no lo molestaban dejarían de publicarse esas informaciones que comprometían a su Gobierno: una coacción con la que indirectamente cooperaban los “fiscales indomables” y algunos periodistas relacionados con el banquero.
La Monarquía siguió incólume, cayó Felipe González, gobierna Aznar, el sindicato y los fiscales siguen, aunque bastante desacreditados y desunidos, Conde va a la cárcel y la carrera de Perote sigue siendo infamante.
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