Nuestros alocados gobernantes

El poder enferma a numerosos políticos y les provoca un desmesurado apetito sexual, en unos casos, o en otros una soberbia ciega y torpe que les impide medir al alcance de sus actos.

En un libro de moda, "En el poder y en la enfermedad" (Siruela), David Owen, exministro laborista británico de Exteriores, afirma que muchos líderes se encapsulan, hablan en nombre de la nación, ven inferiores a los demás, y se recluyen en una supuesta grandeza desde la que dan órdenes frecuentemente estúpidas.

Para Owen, padecen el síndrome de Hybris, la desmesura de los griegos, y enfermedad que debería aparecer en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos mentales de la American Psychiatric Association (APA).

Observe usted a Berlusconi: es un Nerón incruento, pero con sus vicios y virtudes. Se  autogratifica sus triunfos electorales con bacanales de sexo. Es el Emperador que empezó como humilde legionario-cantante de cruceros y se hizo rico y poderosísimo. Es la Roma imperial rediviva.

Francisco Camps también se cree un gran político, un Borgia, como buen valenciano. Se ve por encima del bien y del mal. Sugiere que necesita unos trajes y, según la fiscalía al servicio de Zapatero, algunos lacayos se los entregan sin que él se preocupe por su origen. Esa supuesta prepotencia puede salirle cara.

Otro enfermo según la teoría Owen es ese Zapatero, que insiste en que es el mismo al que eligieron en 2004, pero desde entonces ha dado un giro de 180 grados en salarios, pensiones, política social, energética.

El que gritaba: “¡¡Soy antinuclear!!”, dotado de mentalidad tercermundista, quiere sentirse poderoso no junto a los grandes, sino entre las pequeñas dictaduras ante las que él se siente semidiós progresí, como con Chávez, Morales u Obiang, el tirano de Guinea Ecuatorial. “Qué grande soy”, se dice.

Si Rajoy llega a hacer lo mismo que él, Z. habría levantado a medio país en revolución norteafricana gritando "¡Por Alá, nunca máis!".

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SALAS, otra vez sin palabras:

 

Como sabe usted, el Gran Líder Mundial, SuperZ. pero también el SuperRajoy presionaron para favorecer a Contador, que es posible que sea inocente. Pero ningún político debe meterse en esas cosas, porque de seguir así:

 

Hace ahora dos años que el cronista escribió una crónica sobre Nueva Rumasa. El artista ve hoy así el caso en El Correo Gallego.