Pero el colmo de los colmos me ha llegado de la manita de un producto sin igual. Un productito de nada, que hace un test absurdo y cataloga al hijo como “mal comedor”. Copio el test:
1. ¿Toma tu hijo sólo un número limitado de alimentos?
2. ¿Rechaza tu hijo probar alimentos nuevos?
3. ¿Rechaza tu hijo tomar verduras y otros grupos de alimentos?
4. ¿Muestra tu hijo gran atracción o rechazo por ciertos alimentos?
5. ¿Crea problemas la conducta de tu hijo durante las comidas?
6. ¿Come tu hijo con excesiva lentitud?
Las respuestas tienen que ser SI o NO. A más de dos respuestas con Sí, el resultado es que tu hijo es mal-comedor y tiene riesgo de desnutrición…
Yo me pregunto si a algún niño le sale todo NO.
Y bueno, todo esto era porque según la publicidad de este producto, más del 45% de los niños en edad preescolar son malos comedores, lo que puede dar lugar a retraso de crecimiento y del desarrollo, mayor riesgo de enfermedades, desórdenes alimenticios futuros, diminución de la motivación, hiperactividad, comportamiento agresivo...
Es decir, que si el niño resulta ser un mal comedor, se abrirá la caja de Pandora y saldrán todos los males. Peeeeerooo, si toma el producto de marras (ahora en oferta, 4 botellas + 1 gratis en un práctico neceser) no correrá el riesgo de que se lo lleve el viento por flacucho y desnutrido.
Por otro lado, según un estudio realizado por la Fundación Thao, en España el 29,3% de los niños tienen sobrepeso o son obesos.
Si las matemáticas no me fallan (para algo tenían que servirme!) si más del 45% son malos comedores con riesgo de desnutrición y el 29,3% tiene sobrepeso o es gordo, eso nos da un 25,7 % de niños normales. El resto son gordos de peso pesado o futuros anoréxicos. Elija el suyo.