Muchas familias aún tienen la opinión de “los niños no se enteran de nada”, pero
la realidad es muy distinta. Nuestros pequeños, desde muy temprana edad, captan
nuestras emociones, nuestro estado de ánimo, nuestras preocupaciones. Cuando
son muy pequeñines son seres emocionales y por ello nada se escapa a su
sensible percepción. Cuando son más mayores su perspicacia, su curiosidad, su
sensibilidad les hace entender que algo sucede, que papá y mamá no están bien.
Esta crisis está influyendo en la vida familiar, padres y
madres que llegan estresados a casa, fruto del estrés laboral, de más horas
trabajadas, de la preocupación por la situación que nos envuelve. Y cuando uno
está así, lo sé por experiencia propia, es muy difícil sacudirse todo lo
relacionado con el trabajo para disfrutar y estar con la familia, con los
hijos.
Un estudio
promovido por el Instituto de
Orientación Psicológica EOS y con la colaboración de Actimel de Danone,
ha entrevistado a más de 1.200 niños y niñas entre 6 y 12 años. Y no lo digo
yo, lo dice el Dr. Francisco Rodríguez, psicólogo infantil y portazos del
instituto EOS: no debemos dejarnos llevar
por ese estrés laboral o por una situación económica complicada. Es
fundamental seguir hábitos de vida saludables, una correcta alimentación y
reforzar la comunicación en el hogar. Dedicar tiempo a nuestros hijos no solo
ayudará a reducir esa ansiedad manifiesta, sino que también se puede aprender
mucho de cómo los niños ven la crisis y cómo proponen mejoras, porque lo hacen.
Actimel ha lanzado una campaña en televisión con motivo de
este estudio:
9 de cada 10 niños notan a sus padres más cansados,
preocupados y de mal humor. Son ellos los que cuentan que llegan muy tarde a
casa, que tienen sueño y no duermen bien. Y las consecuencias son más que evidentes para todos: menos juego, menos sonrisas, menos cariño.
El 96% de los niños de este estudio cree que sus padres deberían
cuidarse más, comer mejor, dormir más, trabajar menos e incluso practicar algún
deporte. El 49% recomienda a sus padres pasar más tiempo con la familia, con
ellos, compartiendo juegos, besos y abrazos. El 47% además aconseja sonreir
más. Niños sabios, ¿no?.
La situación es difícil para muchos, pero al final, la
familia es lo más importante, no solo debemos apoyarnos en ella sino también
cuidarla y hacerla partícipe de la realidad que toca vivir.
Si estamos ante una situación adversa como puede ser la
perdida de trabajo, dificultades económicas o menos tiempo libre por un aumento
del horario laboral, lo mejor es hablar con nuestros hijos, contarles lo que
ocurre. Ellos nos entenderán, mejorará el día al día de la familia, y lo más
importante, evitaremos que los niños pudieran sentirse culpables por esos
cambios de actitud que los padres podemos tener.
El mensaje que extraemos de esta campaña queda claro: Si los padres están bien, sus hijos también
lo estarán.