Leo en el ABC de hoy la noticia de que investigadores del Hospital Clínic de Barcelona logran una vacuna, que mantiene a raya el virus del sida. No es la vacuna definitiva, pero sí un paso adelante en la lucha por controlar la enfermedad. La información se conoció a través de un artículo publicado en el Journal of Infectious Diseases, que tiene como autor a Felipe García del Clinic de Barcelona.
La vacuna ha sido probada en 24 pacientes, de los cuales la mitad constituyeron el grupo control y no fueron inmunizados. En el ensayo se ha logrado reducir hasta tres veces la carga viral en sangre. Se trata de una vacuna personalizada, elaborada a partir de células del propio paciente, sensibilizadas en el laboratorio contra una forma activa de su propio virus y convertidas en células dendríticas. Estás células defensivas se ponen en contacto con el virus extraído previamente del propio paciente (inactivado con calor). Una vez preparadas las células, éstas se inyectan de nuevo al paciente.
Ahora está en marcha una segunda investigación, en pacientes que ya están recibiendo medicación, por lo que se espera que los resultados sean aún mejores. En este segundo ensayo participan un total de 36 personas, de las cuales 12 constituyen el grupo placebo. Según los investigadores, la gran aportación de la vacuna es que ofrece el mismo nivel de efectividad que los antirretrovirales. El objetivo es combinarla con los cócteles terapéuticos y abaratar así el coste del tratamiento.
No podemos olvidar que el sida es, en el mundo occidental, una enfermedad crónica, que exige un consumo diario de medicinas de no fácil administración y que supone un gasto sanitario muy elevado. Pero en los paises en vías de desarrollo el tratamiento es prácticamente inalcanzable para la inmensa mayoría de la población, por lo que en la práctica es una enfermedad mortal. Por eso, si en medicina más vale prevenir que curar, en el caso del sida la única terapia es una prevención segura.