Ha muerto otra chica en Colombia de las que están enfermas tras vacunarse del papiloma. Ayer una abogada de aquel país me comentaba que lleva contabilizadas al menos cuatro muertes relacionadas con esta vacuna. El ministro de Salud colombiano dice que hay que mostrarle a la comunidad la seguridad de esta inmunización. Ya tarda…
Ha vuelto a ocurrir. De nuevo denuncian la muerte de una joven que enfermó de gravedad tras vacunarse contra el virus del papiloma humano. Liz Pinilla, hermana de la joven, asegura que tras aplicarse la vacuna, Carolina empezó a sentir síntomas como parálisis en su cuerpo lo que le ocasionó un paro cardiorrespiratorio.
Fue vacunada con la segunda dosis del papiloma humano el 25 de octubre y ese mismo día tuvo síntomas como dolor de cabeza, diarrea y vómito. Días después comenzó a sentir debilidad en sus extremidades. Se le diagnosticó una enfermedad inmunológica y esta enfermedad la llevó a quedar cuadripléjica“, dijo.
Estos fallecimienos son los rescoldos de un incendio sanitario que se produjo en Colombia el verano pasado y que llevó a más de 700 chicas vacunas del papiloma a los hospitales de todo el país.
Un extraño suceso que el Gobierno colombiano dice que investigó -a una velocidad cuando menos inusual en estos difíciles casos- y optó por coincidir con la versión de los laboratorios fabricantes de la vacuna: causas psicogénicas. Que las chicas están locas y se inventan sus males, vaya.
Pero los daños de la vacuna del papiloma no son sólo psicológicos, que también. Así lo recordaba la jovencita Karen Durán antes de su fallecimiento:
El incendio colombiano no obstante había comenzado en 2009 en España con los primeros casos de graves reacciones adversas a la vacuna, como recordó bien la prensa del país latino.
Ayer consultaba yo con una abogada colombiana y me comentó que en su país conoce al menos cuatro muertes bien documentadas. Esto es un escandalazo sin precedentes. Recordemos que en Japón el Gobierno empleó tiempo y recursos y abrió un gran debate social con todos los actores para concluir finalmente que dejar de recomendar la vacuna del papiloma y que los médicos de la sanidad pública japonesa han de advertirlo a quienes la deseen.
En Dinamarca las autoridades sanitarias han comenzado a analizar el enorme número de afectadas por la vacuna del papiloma. El problema según los médicos que atienden a las chicas es mucho mayor de lo que se pensaba. Y hace poco la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha iniciado una revisión de los datos de seguridad de estas vacunas, Cervarix y Gardasil.
Las reacciones gubernamentales de todos modos “van por barrios” pues en España a finales de agosto del año pasado la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (AAVP) se reunió con representantes del Ministerio de Sanidad. Estos llegaron a comprometerse a estudiar el estatus de víctima de la vacuna del papiloma para la jóvenes españolas afectadas. Pero un año después ni contesta a la AAVP ante sus peticiones de la prometida “próxima reunión en breve”.
Hay que recordar también que dicha asociación, con el aval del catedrático de Salud Pública Carlos Álvarez Dardet, está promoviendo una moratoria a la aplicación de esta vacuna en los calendarios de inmunizaciones. Dardet tiene claro que este fármaco no es necesario, ni efectivo ni seguro. El manifiesto lo han firmado 33.000 personas.