Revista Cultura y Ocio
Nueva reseña de "Los jardines de Ulrica", de Fernando Claramunt
Publicado el 14 julio 2016 por Vivelibro @infoviveLibro
Os dejamos una nueva reseña que ha recibido Los jardines de Ulrica, un libro de Fernando Claramunt, realizada por Aquilino Duque.
Me agrada la lectura de los nueve o diez capítulos iniciales, pese a la agilidad de los diálogos, la ironía de los conceptos y el ritmo de la prosa. El relato gana mucho en amenidad y acción cuando algunos personajes como el novio de Ulrica, la condesa polaca y las notorias celebridades de aberrantes comportamientos desplazan del proscenio a la fantasmagórica gerontófila. A partir de la primavera de Lexington el relato cobra interés y belleza literaria tanto en los paisajes que se describen como en las peripecias que enmarcan. Tanto don Ino, como Puffendorf, Pfefferkorn o como se diga, resultan bastante satisfechos de sí mismos, cada cual a su manera. Veo a Ulrica, mezcla de jeune fille rangée y extraterrestre. El texto a mi juicio mejora con la elevación y la sabiduría literaria de la segunda mitad. Ya sé que esto incide en la idea germinal de la novela, que más que de amor indócil es de amor hinojoso (de mero contacto de hinojos). Esto no es un juicio apodíctico, sino una humilde opinión.
Me agrada la lectura de los nueve o diez capítulos iniciales, pese a la agilidad de los diálogos, la ironía de los conceptos y el ritmo de la prosa. El relato gana mucho en amenidad y acción cuando algunos personajes como el novio de Ulrica, la condesa polaca y las notorias celebridades de aberrantes comportamientos desplazan del proscenio a la fantasmagórica gerontófila. A partir de la primavera de Lexington el relato cobra interés y belleza literaria tanto en los paisajes que se describen como en las peripecias que enmarcan. Tanto don Ino, como Puffendorf, Pfefferkorn o como se diga, resultan bastante satisfechos de sí mismos, cada cual a su manera. Veo a Ulrica, mezcla de jeune fille rangée y extraterrestre. El texto a mi juicio mejora con la elevación y la sabiduría literaria de la segunda mitad. Ya sé que esto incide en la idea germinal de la novela, que más que de amor indócil es de amor hinojoso (de mero contacto de hinojos). Esto no es un juicio apodíctico, sino una humilde opinión.
Sus últimos artículos
-
Celebra el Día Universal del Niño con los autores de viveLibro
-
Jorge Martí: "Los personajes de 'Detrás de los códigos' fueron muy importantes para mí y los llegué a querer a todos"
-
Montse Souto: “Aprender valores como la amistad o descubrir la parte positiva de la curiosidad es lo que descubrirán los niños en ‘El fósforo y la astilla”
-
Atilano Domínguez: “Nuestra cultura, europea y occidental, nació y echó sus raíces con la filosofía griega. No se la puede entender sin sus grandes figuras”