Revista Cine

Nueva Sección: Toco y me voy

Publicado el 25 septiembre 2009 por Elchapa
La cosa es simple. Hay clásicos, por todos lados. No es una historia tan antigua la del séptimo arte, pero es una historia que tenemos que reconstruir quienes no la vivimos completa; y tenemos que hacerlo como podamos. Parte importante de esto constituye el ver films viejos (que no por eso malos) que son pilares de la historia del cine y sumarlos a una especie de biblioteca en la memoria donde podemos decir "yo vi esto, yo vi lo otro".
Con los clásicos me comporto igual que con todo el cine. No apuro nada, dejo que las situaciones y las películas lleguen. He visto algunas películas viejas que me han generado ganas de escribir textos largos que algún día traeré por aquí y que no creo sean del todo valiosos, y tengo otras muy cerca pero todavía sigo esperando. No miento: están guardadas, selladas. Es como un miedo que tengo también a los clásicos; siento que quizá no estoy preparado para ver tal o cual película. Sea como sea, clásicos (contemporáneos o -valga la redundancia- clásicos) hay para ver incansablemente. Ayer vi "Love Story" de Arthur Hiller, y tengo unas cosas para decir.
De esto se trata esta sección. De comentar, muy brevemente y luego de verlas, películas de las que ya se ha dicho tanto que uno realmente no crea que pueda aportar mucho más. Qué puedo decir yo de "El Padrino"?? Me explico?? Sin motivo de generar discusión (aunque siempre es bienvenida), esta sección constituye un espacio de expresión en el que se va construyendo esa "biblioteca de clásicos" acompañada por una expresión personal. Como si dijera: "Pasé, vi y me fui". Toco y me voy.
Nueva Sección: Toco y me voyEn 1968 Stanley Kubrick creyó ver el futuro y diseñó su propio espacio, pero su propio espacio exterior; el espacio que siempre en las películas entendemos como "espacio". "2001: Odisea al espacio" es un viaje sin retorno a las inmensidades del universo, tanto geográficas (qué geografía es válida en la :una, me pregunto yo) como metafísicas. Es un film muy ambicioso y en su tiempo no fue recibido enteramente con los brazos abiertos. Obra maestra? No sé, me limito a expresar mi sentir acerca de lo que me parece, porque así tenía que ser, una película aburrida, lenta por demás y desafiante para el espectador. Cual creador de mundos, el film nos presenta múltiples escenarios que construye con suma precisión y credibilidad. No tiene nada que ver que el 2001 no haya sido finalmente como el lo percibió, el "hombre todo" (director, escritor, productor, quien eligió la música) no dudó en mostrarnos no sólo su futuro -porque ese sí estaba en su cabeza- sino nuestro pasado, incluyendo una primera secuencia, muda y compleja, haciendo referencia al nacimiento del hombre. Allí, una manada de monos imposibles de diferenciar, tratan de hacerse la vida hasta que en un punto se encuentran con un monolito ("la garcha", lo denominamos con el Matsan y Tote) que provoca en ellos -así lo entiendo yo- un entendimiento superior, del uso de las cosas. Minutos después, los monos son más violentos y se están matando entre ellos.
Hay mucho análisis, hay mucho estudio, hay mucha convicción que después se traduce en un mundo igualmente palpable pero ya en una nave, en la que las personas pueden ir y volver de la luna como yo puedo ir y volver de General Roca hasta Buenos Aires en colectivo. Son los mismos hombres que Kubrick nos hizo ver surgir desde los monos. Somos nosotros, y a nosotros también se nos aparece un monolito; y de ahí hacia otro mundo, en otra nave (Discovery), y con la presencia del máximo exponente de la inteligencia humana: un tal Hal 9000, computadora que piensa por él mismo (tiene voz masculina) y por los tripulantes de la nave, que no saben bien si la misión que cumplen sirve de algo.
Hay mucha declaración, mucha tensión en el pensamiento que se empieza a gestar en uno, de que una computadora puede tener sentimientos y puede querer hacerle daño a aquellos que le dieron la vida. Aquí es donde la película realmente levanta vuelo (literal, dramática y temáticamente), rumbo a Júpiter y en medio de la nada. Lo mejor del film a mi entender es esa fidelidad con los 'mundos' creados. Hay un regodeo técnico por parte de Kubrick (no lo podemos culpar) que no sólo está presente por el regodeo mismo sino que constituye una guía al espectador para cada uno de los mundos, con sus recovecos y nuevas tecnologías (el baño, la forma especial de la comida, las puertas circulares). Eso es lo que a uno le queda, ademas de los planos de la nada misma, con la enorme nave en medio de ese "espacio" que mencionamos.
Nueva Sección: Toco y me voy
Después hay otro monolito, y la película toma un rumbo impensado, delirante casi surrealista en el que por largos minutos creemos estar ante un viaje sin fin de colores y tratados visuales exquisitos y delicados (que quede claro: no está mal, pero es algo excesivo que sostenido por tanto tiempo no creo que genere hoy el mismo impacto). Hasta que aparece de nuevo un hombre, que se encuentra con el hombre, y con el hombre, y con el niño (que es hombre).
Los que no la vieron, no les estoy contando nada porque no se entiende nada. Los que la vieron, no sé cuantos habrán entendido algo. Sé que es complejo ese final y su impacto viene justamente por ser tan instantáneo, tan corto y tan poco importante en comparación con el tiempo que ha transcurrido de la película. Son unos minutos, pero ese es el truco de Kubrick. Lo que más dura en "2001: Odisea al espacio" es quizá lo que menos importa. La imagen final, precedida por un último monolito, creo yo que también es un nuevo mundo. Pero claro, ese mundo Kubrick ya no quiere mostrarlo y detallarlo. Por qué?
Como en los buenos (no viejos, porque ahora también están) tiempos, y por más simple que suene, la respuesta la tenemos nosotros. Usted, yo, los Sospechosos, quien sea...Y Kubrick, que ya se murió pero a algunos le debe haber contado.
Saludos Sospechosos!

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