El último estudio de la Universidad griega de Tesalónica ha demostrado la eficacia de un tratamiento a base de células madre con el que se han experimentado mejoras en pacientes afectados gravemente por la esclerosis múltiple.
Durante el tratamiento, consistente en reemplazar la médula ósea del afectado por células madre propias, los científicos se han servido de fármacos para quimioterapia que eliminan todas las células sanguíneas del afectado.
Más concretamente, de la médula ósea se extrajeron células madre que, después de pasar por un proceso de purificación, se volvieron a implantar de nuevo, reforzando así el sistema inmune.
En el estudio se ha trabajado con 35 pacientes que, por espacio de 11 años después del trasplante, habían intentado varios métodos para luchar contra una forma de esclerosis múltiple muy agresiva, con escasos resultados.
16 de las personas mostraron mejoras durante una media de dos años, mejorando sus síntomas en un punto (tomando como referencia la escala del 1 al 10), como por ejemplo en la gravedad y número de las lesiones cerebrales, que se vio disminuida. Sólo 2 personas del estudio fallecieron por complicaciones en los dos años y medio posteriores a la operación.
Se estima que la probabilidad de no empeorar la situación de la enfermedad después del trasplante es del 25 por ciento, siendo este porcentaje más elevado en aquellas personas con lesiones cerebrales activas en el momento de la intervención.
Para Vasilios Kimiskidis, máximo responsable de la investigación, “son necesarios estudios más profundos acerca de estos tratamientos, para comparar a personas que los reciben con otras que no”.
El propio científico concluye que “vistos los primeros resultados hasta ahora, tenemos la sensación de que los trasplantes de células madre pueden resultar beneficiosos, pero sólo para aquellos casos más agresivos y rápidos de esclerosis múltiple, de forma exclusiva”.