Revista Opinión
Parace que fue hace meses cuando tras una domingo de 9 de la mañana a 9 de la tarde me la pase sentado al lado de una urna en el Seminario de Cadiz, con obispo y olor a incienso incluido. Parece que han pasado meses y no, no hace mas que un par de semanas, y es que las cosas pasan a una velocidad de vértigo. Los indignados salimos a la calle, algunos votamos, otros decidieron seguir en las plazas, en asambleas interminables, poniendo en riesgo la INDIGNACION y pasando poco a poco a la resignación. Parece que hace mucho tiempo, y es que las derrotas electorales cuesta trabajo asimilarlas y siempre es mas fácil, tiene lógica, echar balones fuera, es humano.
Parece que hace mucho, pero nos ha dado tiempo en autocomplacernos, cosa también natural, es humano, esto es ya agua pasada y seguir en una clave interna a la ciudadanía gaditana, al conjunto, no a un u otro segmento me da la impresión que se la suda.
La vida sigue, pero no igual. Dentro de nada empieza un nuevo periodo en el Ayuntamiento, un nuevo pedido al menos para los concejales y representantes que con una sonrisa en la boca, reclamaban, reclamábamos nuevas maneras. No va a ser un periodo fácil, mi li-deresha y el grupo que la apoya, seguirá seguro tratando de tensar, malmeter, enturbiar la vida municipal, se sienten cómodos en el barro.
Nos presentamos con el eslogan de Nuevas Maneras, y ese eslogan no solo era para estar en el gobierno de la ciudad, era y tiene que ser para trabajar desde la oposición, Cadiz nos demanda, como en el resto del estado nuevas maneras en nuestro trabajo día a día. No es fácil, lo se, pero tenemos que conseguir que el trabajo en el Ayuntamiento no se proyecte a la ciudad como un enfrentamiento permanente entre unos y otros, y eso solo lo conseguiremos si somos capaces de escuchar, hablar, de hablar y escuchar a los ciudadanos y ciudadanas de Cadiz, a todos sin exclusión, a los que nos votaron y a los que creyeron que todos éramos iguales, a los que nos nos aplauden y a los que nos silban.
Si en algo se tiene que distinguir un concejal socialista, este en la oposición o en el equipo de gobierno, es por tener que reparar la suela de los zapatos diariamente por el desgaste que produce paterse la ciudad, escuchando a la gente, y la gente esta donde esta, ni en despachos ni en sedes, el la calle.
Las bicefalias a mi personalmente no me gustan, pero como decía antes a la ciudadanía se la..., pero al final el grupo socialista en el ayuntamiento es nuestra propia imagen, no es fácil, lo vuelvo a repetir, pero es la apuesta que hicimos CON NUEVAS MANERAS TAMBIEN DESDE LA OPOSICION, escuchemos, escuchar, nos lo exigen.