Fecha de publicación: 12 de Marzo de 2015
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Sinopsis: BARCELONA, 1950. AL ENCONTRAR A AGUSTÍN MAINAT al lado del cadáver del señor Gilberto Fernández, diplomático asesinado en su propia casa, la policía da el caso por cerrado. Para ellos está claro quién es el asesino. En la agenda de Agustín está escrito el nombre de Miquel Mascarell y la policía no tarda en interrogarlo también. El padre de Agustín había sido amigo suyo, pero Miquel solamente había visto una vez a su hijo. Involucrado en el caso por esta extraña casualidad, Miquel Mascarell se pone a investigar para ayudar al hijo de su amigo fallecido y sobre todo porque cree cada vez más en su inocencia.
Opinión personal: Jordi Sierra i Fabra fue un autor al que tuve mi primer acercamiento en el colegio, con la lectura obligatoria de 'Campos de fresas', un libro juvenil que alertaban del peligro de las drogas de diseño además de ofrecer un relato sobre la bulimia y sus peligros. El buen recuerdo que tenía de aquella lectura quizás fue lo que me decidió a reencontrarme con él en 'Nueve días de Abril' sin apenas saber nada de su argumento; sólo sabía que estaba escrita por Sierra i Fabra y era una novela policíaca: para empezar, eran buenas señales.
Más tarde supe que formaba parte de una saga protagonizada por el inspector Miquel Mascarell, y que ésta era la sexta entrega. Debo decir que para nada me supuso un problema en su lectura; doy por
hecho que de haber leído algún otro antes, y de haber conocido previamente a su protagonista, podía sentirme más cercana a él o conocer de forma más fiel sus emociones, pero hay que reconocerle al autor que ha sabido perfectamente describir a los protagonistas, aportando reminiscencias del pasado en su justa medida, y mostrando lo necesario para que los lectores novatos, como es mi caso, nos sintiésemos parte de la historia desde la primera página.
Esta novela parte del hallazgo del cadáver de un diplomático. Junto al cadáver, está su presunto asesino, aún sujetando el cuchillo con su mano, y entre las pertenencias del ejecutor, el nombre y teléfono de nuestro ex-inspector protagonista. Éste es el motivo por el que la policía se pone en contacto con él; ¿qué relación tenía con el acusado? Curiosamente, ninguna, no es más que el hijo de un viejo amigo que fue fusilado, al que hace años que no ve. Pero entonces, ¿por qué tenía previsto contactar con él? A partir de aquí, y para probar su propia inocencia, y la del hijo de su antiguo compañero, intentará investigar todo lo que rodeaba la vida del asesinado y sacar así a la luz al verdadero culpable.
Conoceremos bastante bien a lo largo de sus páginas al viejo inspector, su carácter afable y su amor desmedido por su joven y bonita esposa Patro, una pareja de lo más peculiar pero con un cariño mutuo infinito. Descubriremos también pinceladas de la sociedad de la época, el peligro que suponía ir haciendo preguntas y el miedo a ser descubierto. Es un libro narrado con muy buen ritmo, una lectura ágil, adictiva y sobre todo muy entretenida. Y no me cabe ninguna duda de que, mientras que sale el séptimo caso de Mascarell, retrocederé en el tiempo para leer todos los anteriores.