Cartel de la Declaración de Bruselas
(Fuente: blog ¿Realización humana?
No citan una sola vez a las organizaciones políticas de la izquierda abertzale, de modo que ETA se define (implícitamente) a sí misma como único interlocutor político para tratar de la situación y el futuro del País Vasco. Reparten lecciones para todos ("Los gobiernos de España suelen poner la lucha armada como excusa, mientras haya lucha armada no puede haber ninguna solución. Sin embargo, cada vez que se ha producido una oportunidad la han desaprovechado. Según parece, con la lucha armada no hay opción y sin lucha armada ya no es necesario", según la única traducción al castellano del comunicado que conozco por el momento, en el blog alderrai). Olvidan interesadamente las negociaciones que estableció el Gobierno de España a raíz de alguna de las treguas pasadas, terminada abruptamente con un nuevo atentado de la banda. Con la sospecha general de que la banda utiliza las treguas solamente para reorganizarse, rearmarse y prepararse (sin presión) para nuevas acciones criminales.
Gerry Adams (Reuters)
(Fuente: Europa Press)
Con los negociadores internacionales pueden seguir utilizando esa retórica que por aquí nos tiene ya cansados. Con esos negociadores de salón, que todavía denominan a la banda terrorista como organización separatista vasca, algo que por aquí ya hace tiempo que no cuela.
En el comunicado siguen hablando en los términos conocidos, por ejemplo, de conflicto vasco. Un conflicto que solamente existe porque ETA no ha desaparecido (todavía). Si eliminamos a ETA del escenario, lo que queda es parecido a lo que sucede en (casi) cualquier otra parte del mundo: concepciones políticas diferentes (incluso antagónicas) del proyecto de futuro del País Vasco. Sólo hace falta erradicar de las actitudes políticas esa posición fascista y excluyente de que "solamente son vascos los que piensan como nosotros". La propia existencia de ETA le añade a esa actitud el adjetivo de exterminadora.
ETA, como banda armada y terrorista, no tiene otro camino que su desaparición, para conseguir que el escenario político vasco recupere la capacidad de diálogo y negociación. ETA no tiene nada que negociar, más que, eventualmente, su disolución y entrega de las armas.
Y me preocupa ver entre esos negociadores internacionales (que publicaron la Declaración de Bruselas en Marzo pasado; una breve reseña de la misma se puede leer en el blog ¿Realización humana?) a algún personaje siniestro como Gerry Adams, y a algunos ilustres jubilados como Nelson Mandela o Desmond Tutu. Si ETA desaparece, esa gente va a quedar ociosa, oh cielos!!!. Para evitarlo, podemos enfangarnos un tiempo interminable en esa retórica caduca y cansina a que la banda nos tiene acostumbrados, divagando sobre una realidad inexistente, que sólo ellos visualizan.
Insisto, en estas condiciones, mientras no se produzca el paso final, el Estado no debe ponerse en modo tregua con la banda, debe seguir aplicando la presión policial y judicial que se merecen los delincuentes.
No creo que nos aporte nada positivo que toda la panda pase tardes interminables tomando el té y discutiendo temas políticos con una banda terrorista, que nadie sabe a quién representa, porque nunca se ha presentado a unas elecciones democráticas.
Es cierto que existe opresión en el País Vasco, pero es la que sufren los que no piensan como ellos.
JMBA