¡Nuevo disco de Flatfoot 56: Odd Boat!

¡Cuánto tiempo sin escribir sobre música en el blog! Más concretamente, dos meses y un día desde la última entrada publicada en esta sección de música del blog. Ya era hora de ponerle remedio a dicha sequía en el ámbito musical de De Barbas y Boinas. Y ese remedio llega de la mano de lo más novedoso de un grupo del que ya hemos hablado en este blog hace tiempo: Flatfoot 56.

Los de Chicago nos han sorprendido este año con un nuevo álbum titulado Odd Boat. En líneas generales, nos encontramos con un nuevo disco que sigue en consonancia con los últimos trabajos de Flatfoot 56: un celtic-punk con oi! con muchos momentos de suavidad, incluso llegando a la melancolía en bastantes momentos, por lo que en este álbum nos encontraremos con grandes momentos de alegría y fuerza, representados por el celtic-punk con oi!, además de los ya citados momentos suaves y tristes, ya que en este álbum, se nota la línea continuista en cuanto a las letras de las canciones, que nos hablan de diferentes emociones del ser humano. Podrán gustar más o menos, pero desde luego tienen un componente emocional muy evidente. Parece que el proyecto 6’10 deja su huella también en Flatfoot 56.

Vayamos analizando cada uno de estos doce nuevos temas de Flatfoot 56 incluidos en este nuevo álbum. Empezamos con Ty Cobb, el tema que abre este nuevo álbum. Empieza con esa característica evolución de menos a más típica de Flatfoot 56, donde la voz de Tobin Bawinkel y los diferentes instrumentos aparecen secuencialmente con pocos segundos de diferencia entre unos y otros, donde las baquetas juegan papeles importantes momentáneamente, donde la fuerza de las guitarristas es protagonista, y de fondo, con el sonido de la gaita envolviendo toda la atmósfera de dicha canción. Siguiente parada: Stutter. Las guitarras y la batería ejercen todavía más fuerza, y a la voz de Tobin Bawinkel, se la refuerza con unos buenos coros. Tercera canción: Penny. Con mucha más rapidez, y con un toque más céltico que en las dos canciones anteriormente mencionadas, destaca también por una colaboración femenina, la de Vannesa Bawinkel, vocalista del grupo Il Neige, y esposa de Tobin Bawinkel, y cuya voz aporta un toque muy diferente a Flatfoot 56. Como se puede comprobar, incluso hasta las colaboraciones externas son de casa en Flatfoot 56. Cuarta estación, la que da el nombre a este álbum: Odd Boat. La agrupación de voces, tanto la principal como las secundarias, y el componente melódico, son los dos elementos que más destacan en esta canción.

Siguiente canción: Englewood. La gaita adquiere más protagonismo en esta canción, junto con la voz de Tobin Bawinkel, en una canción que baja las revoluciones ligeramente. A continuación, toca Forward. Con un inicio a capela, la canción sigue con una rapidez inusitada que se interrumpe en algunos momentos para enseguida volver a retomarse. Continuamos con The Crippling. Volvemos a subir un pelín las revoluciones en ciertos momentos bajo una rapidez bastante grande, y otra vez con combinación de voces. Octava maravilla de este álbum: Curtains. Una canción con la fuerza del celtic-punk con oi! de Flatfoot 56, pero a un volumen un pelín más bajo, que hace destacar más la voz de Tobin Bawinkel.

Novena sinfonía de este disco: KPM. Ya tocaba una balada en este álbum, y esta canción es la balada que se buscaba para este álbum. Una balada que recuerda a las canciones suaves de Flatfoot 56 y a algunas de 6’10. Décimo “track”: P.S. Vuelve la rapidez y la energía más típicas de la música de Flatfoot 56, y con un ritmo bastante particular. Penúltima canción: The Trap. No, Flatfoot 56 no se ha pasado al trap, no confundamos significados. De hecho, en esta canción hay un acento más marcado del oi! de Flatfoot 56, pero sin olvidarse de la gaita como componente esencial de la música de Flatfoot 56. Última parada: The Voice. Otra balada que, en este caso, hace resaltar la voz de Tobin Bawinkel frente al fondo musical que envuelve a esta canción, y que cierra muy bien este álbum.

En resumen, estamos ante un nuevo álbum de un grupo que creo que debería tener más protagonismo en el panorama del celtic-punk mundial del que tiene actualmente, sobre todo por su sonido único y muy característico. Creo que es un álbum de madurez, en el sentido de que es un disco que consolida el sonido característico de este grupo, y lo fija más que en anteriores trabajos, donde este factor era mucho más cambiante. En definitiva, es un álbum recomendable al 100%.

Saludos, y hasta el próximo post.

Pedro Caramelo (a.k.a. Simón de Eiré, a.k.a. “el boinas”)