El precio de los smartphones. Este es un tema espinoso y complejo. A todo el mundo nos llaman la atención los dispositivos desarrollados por Apple y Samsung (los grandes exponentes dentro de este segmento en los últimos tiempos). Teléfonos con unos diseños atractivos, especificaciones muy altas y prestaciones punteras que se pueden encontrar en las tiendas por precios que no bajan de los 600 dólares (euros) en sus estrenos, generación tras generación.
Dados estos elevados precios cabe hacerse la pregunta de si realmente estos precios se pueden justificar de manera objetiva. Hemos visto y comentado ya muchos análisis donde se puede comprobar que los gastos de fabricación son muy inferiores al valor final de los gadgets en tienda dejando a las compañías un margen de beneficios más que generoso.
Dilucidar si estos precios se justifican o no, puede derivar en cuestiones subjetivas aunque dadas las ventas cosechadas tanto por Apple como por Samsung con sus dispositivos de gama alta parece que sí. O, al menos, que existe mucha gente que así lo entiende y está dispuesta a asumir los elevados costes para disponer de uno de estos gadgets.
Hoy no pretendo adentrarme en cuestiones tan complejas como analizar si un iPhone 6 debería costar 400 o 700 euros según sus prestaciones. Este no es el tema del día. Este post está dedicado a un reciente estudio publicado por Tableu y recogido por muchos blogs y foros dedicados a tecnología donde se compara el coste de fabricación de los iPhone y los Samsung Galaxy de perfil alto.
En la siguiente gráfica se puede ver la comparativa que concluye que el coste de fabricación de los dispositivos de Apple y Samsung contemporáneos son realmente similares. Un dato que puede chocar dado que la teoría apunta a que los Samsung Galaxy cuentan con una potencia bruta superior aunque en la práctica el rendimiento pueda ser más o menos similar:
Según estos datos, Apple invierte un poco más que Samsung en conjunto siendo esta diferencia un reflejo del mayor coste de materiales como las carcasas de aluminio, electrónica base o el ensamblaje del dispositivo. Esto a pesar de que Samsung utiliza componentes internos más caros: baterías, cámaras o pantallas.
Sin duda, los resultados de esta comparativa son muy curiosos y nos deja comprobar hasta que punto llega la competencia en el sector ya que, generación tras generación, estos dos fabricantes punteros, invierten unas cantidades casi idénticas en sus dispositivos. Eso sí, el precio de los distintos iPhone para el usuario final se mantiene casi inalterado hasta que llega su sucesor mientras que el precio de los equipos premium de Samsung se deprecia mucho más rápidamente.
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