Javier Salazar Calle fue uno de los descubrimientos literarios de 2014, pues su primera novela, Ndura. Hijo de la selva, consiguió ganarse la confianza del público y de la crítica gracias a su fascinante historia. Así, fue elegida como Mejor Novela Juvenil de 2014 por El Economista y alcanzó el número 1 en Amazon en la categoría de aventuras. Después de este debut, el autor se adentró en el ámbito empresarial con Usa LinkedIn como si fueras un experto, pero ahora retoma la novela con Sumalee. Historias de Trakaul. La obra, que se encuentra disponible en Amazon, no hace más que acumular opiniones positivas y escalar puestos en las listas de ventas. Sin duda, las altas dosis de emoción están servidas y su trasfondo psicológico unido a un sorprendente final no dejará indiferente a nadie.
David, el protagonista de este fascinante relato, está harto de su rutina. No soporta su mecánico trabajo, no encuentra emociones nuevas y ha descubierto que su novia de la universidad le ha sido infiel durante meses. En resumen, odia su vida. Cuando cree que nada podrá hacerle salir de ese bucle de asco y autocompasión, su jefe le ofrece un nuevo cargo en Singapur. Cambio de país, mucho dinero y giro de 180º: David acepta sin meditarlo demasiado. Y allí, junto a antiguos compañeros de trabajo y enamorado de una tailandesa espectacular, empieza a ver luz en su vida. No obstante, este cambio radical traerá consigo una serie de desgracias que harán que David desee volver a su anodina vida anterior.
Sumalee. Historias de Trakaul está dividida en tres partes. En primer lugar, el lector asistirá al nacimiento de la historia de amor entre David y Sumalee en Singapur, a una nueva vida donde todo es como un producto de la Teletienda: perfecto en apariencia y, a su vez, un vil engaño, un espejismo. Pueden percibirse los olores de la ciudad, casi los sabores también. Todos estos detalles denotan el inmenso trabajo de documentación del autor, que hace viajar al público sin levantarle del sofá. A veces, se pierden por el camino las descripciones y no se aprecia el profundo valor que tienen. Pero las descripciones lo son todo, lo cuentan todo. Se convierten en las mejores amigas de la imaginación, pues a ellas se les suma la propia percepción sobre lo que se está leyendo. Por ello, se agradecen los maravillosos retratos de la isla y de los barrios que contrastan y apoyan la trama que se está desencadenando.
Para la parte de Singapur, estuve en contacto permanente con Antonio Fernández Gambero, un abogado que ha vivido y trabajado allí muchos años y que me ayudó a dar verosimilitud a ese tramo. Y para la parte de la cárcel, estuve buscando algún antiguo preso, pero, como no lo conseguí encontrar, me leí varias biografías en inglés de australianos, americanos y británicos que habían pasado largas temporadas en ella para poder conocer mejor ese trozo de la historia.
En segundo lugar, Javier Salazar presenta una historia en la cárcel de Tailandia, con la cual da inicio el libro. Estos capítulos acercan a películas como El laberinto rojo o Sueños rotos. En ellas, los protagonistas son extranjeros que se ven envueltos en sórdidas situaciones. Al igual que en estas películas, el protagonista de Sumalee. Historias de Trakaul se tendrá que enfrentar a las violentas y repugnantes situaciones de dentro de la prisión, así como a la crueldad de unas leyes que parecen indiferentes ante cualquier falta de humanidad. Impresiona la dureza de esas cárceles, donde el maltrato y las vejaciones suceden constantemente sin que ninguna figura de la ley interceda. Unas paredes que encierran todo tipo de oscuridad en la que los derechos humanos parecen apagarse por completo.
Y en tercer y último lugar, se expande ante los ojos del lector una tercera parte que aún está más pegada al cine que la anterior. Al final, el relato acaba dando un giro inesperado propio de una película de mafias donde un mindundi opta a candidato a héroe o, más bien, antihéroe guiado por el amor y la venganza. De hecho, la última escena del libro se puede visualizar como un primer plano del protagonista con voz en off dejando la miel en los labios para una continuación.
Yo creo que la línea argumental soslayada en la historia habla de lo que somos capaces de hacer si nos provocan lo suficiente y se nos van acabando las alternativas. Podremos ver cómo una persona, en apariencia normal, evoluciona poco a poco empujado por las circunstancias hasta llegar a límites que no creía que fuera capaz. No es más que descubrir cómo alguien, que podría ser cualquiera de nosotros, puede hacer mucho más de lo que cree. Para bien y para mal.
La novela sigue el esquema de avance y vuelta al pasado, de ascenso y caída. Combina los tiempos con soltura produciendo una evolución simétrica entre ambos en lo que ha suspense se refiere. Cada una de las partes mantiene el interés por igual, por lo que el relato es fácil de seguir. En apariencia, Sumalee. Historias de Trakaul parece solo una historia de amor, pero el autor se las arregla con gran habilidad para dosificar la información y que la historia se convierta en algo más apasionante.
Creo que el punto fuerte de la novela es que te arrastra en una espiral de emociones y sorpresas que van yendo cada vez a más hasta un final explosivo y, quién sabe, si inesperado.
La obra en sí es una prueba más de la versatilidad del Javier Salazar Calle, que consigue un cambio de registro y de temas adictivo. Hay un vuelco en el registro, un afán por quererse superar que, por supuesto, ha conseguido de la mano de David y Sumalee. Y seguramente, logrará ir más allá en la segunda parte de la novela, la cual ya ha sido confirmada por el propio autor.
Viendo lo mucho que está gustando Sumalee. Historias de Trakaul y aprovechando que tengo todo fresco en la cabeza, me he decidido por la continuación de esta última. Su título provisional es xxx. Historias de Trakaul 2, donde xxx será el nombre un personaje principal de la trama que todavía no puedo revelar.
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