El último descubrimiento de los investigadores del Instituto de Oncología Vall d’Hebron ha traído positivismo al colectivo de la oncología, y es que de acuerdo a los resultados de sus últimas pruebas se ha conseguido desarrollar un fármaco que aumenta en un 20 por ciento la posibilidad de vivir en pacientes con cáncer de mama.
Otro dato a considerar en el nuevo fármaco es su poca toxicidad comparada con los demás fármacos ya existentes, factor a considerar en el duro proceso de la quimioterapia.
El estudio, publicado en la revista “The Lancet”, se ha elaborado a partir de una muestra de esponja marina, de nombre “Halichondria okadai” (o “eribulina”), y ha servido para que se demuestre la eficacia del medicamento en cuestión.
Concretamente, el fármaco funciona gracias a la capacidad de la eribulina de bloquear la división de células, formando así compuestos tóxicos que atacan a las células del tumor, registrando una eficacia un 20% mayor que en otras medicinas habituales.
Para el responsable del estudio, el doctor Javier Cortés, este descubrimiento puede suponer un “incremento en la salud tanto física como mental de la afectada por cáncer de mama que siga este tratamiento”.
Este nuevo fármaco se ha diseñado especialmente para tumores en fase avanzada y que hayan provocado metástasis, en otras palabras, que hayan extendido su acción maligna por otras partes del cuerpo.
Recordemos que sólo en el país español se registran 24.000 nuevos casos de cáncer de mama cada año (cifra que va aumentando progresivamente), aunque afortunadamente también se incrementan las posibilidades de sobrevivir a la enfermedad.
En el estudio también han participado otros centros de Estados Unidos, Francia, Rusia, Bélgica, República Checa, Eslovaquia e Inglaterra, y se prevé que la Agencia europea del Medicamento dé el visto bueno a la comercialización del fármaco en 2011 (países como Estados Unidos ya lo aprobaron el año pasado).