A raiz de aparcar varios días cerca de una oficina de "la Caixa" para ir al médico y queriendo distraer a Miguel de su ansiedad ante el hospital, se me ocurrió mostrarle el logo de la Caixa que es una especie de estella, leimos "la Caixa" y contamos cuantas estrellas había en las diferentes ventanas y rótulos, así tres días seguidos. Cumplimos y nos sirvió para cambiar la conversación de "al médico, no pasa nada, no te van a pinchar, un poquito y se acabó..." a "La caixa, la estrella, cuantas estrellas hay..."
Pero además de distraerlo hemos tenido más consecuencias, Miguel es un localizador estupendo de oficinas de La Caixa, ahora por donde vamos nos va señalando allá donde hay una oficina. Ha ido creciendo su interés y empezó a decirme "otro día iremos a la caixa, Miguel ahí dentro sentado" Me dio la risa, porque no sé que pensará que puede hacer ahí dentro, eso si, si entra quiere sentarse. Este tema ha ido en aumento, la otra tarde camino de la playa con los tres niños, Miguel localizó otra oficina, y dijo "La Caixa Miguel sentado ahí dentro". Roberto le dijo ¿para qué, Miguel? y sin dudarlo dijo DINERO, su hermano se quedó alucinando, dinero, Miguel? para qué? Para comprar La Caixa! Como nos reimos y Roberto le siguió haciendo preguntas, se sentía importante y fue un superrefuerzo para él. No hubo manera de que nos dijera para qué era el dinero, creo que no entendía la pregunta, sólo respondía con sus frases aprendidas, La caixa, Miguel ahí dentro sentado, dinero para comprar La Caixa, y volvía a empezar.
Otro día fuimos a comprar y se fijó que pagabamos con dinero, (cuestión que ha visto innumerables veces pero que hasta ahora no había relacionado con su interés por La Caixa)y enseguida lo relacionó: "mami La Caixa dinero compraremos un tren, un camión, un coche..." Ahora ya os podéis imaginar que cuando ve las oficinas, ha ampliado su monólogo incluyendo todo tipo de juguetes que pretende comprar.
Ya estamos llegando a un punto algo peligroso, hace tres días paseando por la calle, como no? vimos una oficina de La Caixa, y Miguel se empeñó en entrar, insistiendo e insistiendo, como era por la tarde la solución fue fácil, Miguel está cerrado, él intentó abrir la puerta y como no pudo lo comprendió y se quedó en "otro día entraremos". La pena es que no conozco a nadie que trabaje en La Caixa y que le pueda decir "NO HAY DINERO", para que pueda conformarse.
Aún así todo no acaba aquí, hay una estética común en todos los bancos y cajas de ahorro que Miguel ha descubierto. No señala tintorerías, ni tiendas varias sólo oficinas de bancos. Ahora por la calle también va buscando oficinas de Bancaja y de la Caja de Ahorros del Mediterraneo (CAM). Lo bueno, nos está sirviendo para leer todos los logos, lo malo es que sabe que de alguna manera el dinero está ahí. Veremos que me invento para explicarle que no te dan el dinero sólo por pedirlo.
En cualquier caso tener nuevos intereses aunque haya que enseñarle a regularlos es muy importante para él. Le da oportunidades de comunicación diferentes, con vocabulario nuevo y con una predisposición más abierta ante el mundo.