Cuando llegué a casa con el nuevo Magno Platinum y le dije a papá que lo probara para darme su opinión, su respuesta de “hombre, es Magno, este siempre es bueno” ya fue un buen preludio y el primer paso hacia una respuesta positiva en la prueba a la que le sometí. Y es que aunque papá está acostumbrado al Magno negro, el de toda la vida, también le gustó mucho este nuevo que, de hecho, se ha quedado en su baño.
Ayer se lo cogí para probarlo yo, y también me ha gustado mucho, personalmente más que el Magno negro, al que siempre he identificado más con el sector masculino de la casa. Este de color platino es, para mi gusto, un pelín más femenino que el negro, por ello más ideal para compartir en familia, perfecto para todos, pues no tiene un toque masculino ni es sólo para nosotras. Me ha gustado más aún, incluso, que su predecesor Magno Gold, del que ya os había hablado aquí hace unos meses.