Revista Cultura y Ocio
En el libro "BANDERAS LEJANAS: La exploración, conquista y defensa por España del territorio de los actuales Estados Unidos" de Fernando Martinez Lainez y Carlos Canales Torres, así relatan la reconquista de Nuevo México por el paisano Diego de Vargas Zapata:
Tras su victoria, las seis tribus PUEBLO que se habían unido a la rebelión podían haber gobernado de forma unida el país e incluso haber hecho de SANTA FE la sede de un gobierno estable, pero no fueron capaces...,cada primavera y otoño las tropas virreinales realizaban una campaña de incursiones en su territorio, además de soportar las depredaciones y ataques de apaches y navajos.
En julio de 1692, Diego de Vargas recibió la orden de reconquistar Nuevo Mexico para la Corona de España. Muy quebrantados tras doce años de ataques e incursiones constantes, los PUEBLO apenas opusieron resistencia. VARGAS que contaba con el apoyo de varias tribus, en especial los PIROS, ofreció la paz a los rebeldes a cambio de reconocer al rey de España, prestarle obediencia y volver a la fe católica. Los líderes indios aceptaron todas las propuestas del gobernador y el 14 de septiembre de 1692, en un acto formal celebrado en Santa Fe, volvieron a someterse...
Nuevo Mexico era de nuevo español, pero no se reinstauró el sistema de encomiendas, se reconocieron formalmente los derechos de la nación PUEBLO y se toleró la práctica de la vieja religión. Las consecuencias siguen visibles aún en el sudoeste de Estados Unidos, donde los PUEBLO mantienen intacto una gran parte de sus tradiciones y cultura, sistema de gobierno, idioma, arte y ceremonias, algo excepcional entre los indios de Norteamérica.
Durante este periódo los jinetes españoles habían abandonado las pesadas corazas metálicas y cotas de malla y se remplazaron por cotas de cuero endurecido, menos pesadas pero capaces de resistir el impacto de las flechas enemigas; también los cascos de hierro fueron remplazados por sombreros de ala ancha.
Así mismo, las tropas que debían custodiar la red de fuertes de la frontera fueron dotadas de varios caballos con los que poder mantener una campaña que durase semanas o meses, y de mulas en las que transportar todo el material necesario para efectuar incursiones en profundidad contra las tribus hostiles. Todo ello configuró un nuevo tipo de soldados que en las décadas siguientes iba a representar ante los indios y colonos la imagen de los soldados del rey. Habían nacido los dragones de cuera.