
Los científicos determinaron que para permitir la propagación eficiente de la señalización inducida por oxitocina, el receptor de oxitocina tiene que interactuar con dos sustancias adicionales: colesterol y magnesiol. La determinación de la forma exacta del receptor permitió a los investigadores identificar regiones de interacción para ambas sustancias.
Estos hallazgos también podrían ser directamente aplicables a los receptores de vasopresina que también se han implicado en trastornos del espectro autista y esto podría impulsar el desarrollo de nuevos medicamentos para una gama muy amplia de enfermedades humanas graves y generalizadas.