Nuevo tatuaje de Beckham

El marido de Victoria, muy ilusionado con el nuevo embarazo de su mujer, ha explicado que su gusto por hacerse tatuajes es algo que le surge de repente. "No me planteo cuándo me voy a hacer un tatuaje. A veces simplemente me levanto y me viene una idea o una imagen a la mente que me gustaría grabarme".

Uno lo entiende hasta cierto punto, claro; a veces me levanto por la mañana y no tengo ganas de ir a trabajar, pero no queda otro remedio y además, es preceptivo atender los compromisos y citas concertados. Tampoco estoy seguro de qué sucedería si al futbolista inglés se le ocurriese un día quitar lo grabado, como si nada. Mi escasa experiencia en el tema me recuerda que azules, negros y rojos son potencialmente borrables, pero el verde es casi imposible eliminarlo de la piel; así a primera vista parece que la imagen elegida por Beckham ofrece algún degradado en este color, lo que hará dificultosa su retirada si un día el astro cambia de parecer.

Dª Victoria se encuentra gravídica y alumbrará, si todo va bien, a una niña, la primera hija del matrimonio, que cuenta con el resto de retoños varones. No sé que pensaría papá Beckham si su hija “simplemente se levantase, le viniese una idea o imagen a la cabeza y le gustase grabársela”; ya se sabe que la adolescencia puede ser muy mala y un día la chiquilla se presenta en casa con un tatuaje poco edificante. En ese momento, el exfutbolista del Real Madrid se vería ante un dilema de difícil solución y lo imagino acudiendo junto a su prole, a un centro láser de borrado y limpieza cutáneos.

Recuerdo los tiempos en los que se llevaban leyendas del tipo de “amor de madre” o Puri, que terminó marchándose con un vendedor de libros vallisoletano, no sé si lo recuerdan. Impulsos como el del inglés, pero con más corazón, más viscerales. A la estrella del fútbol lo mueve la estética, y a los otros, el alma. Después de todo es más fácil borrar la piel que las cicatrices de la vida.