No tenéis altura. De pequeños os colgabais en las cortinas de casa y las acababais desgarrando y rompiendo con vuestro peso. Os regalaban coches o cocinas de juguete y les destrozabais las ruedas o quemabais personas imaginariamente en los hornillos. Después pasasteis al colegio y todo eso se os quedaba pequeño, así que optasteis por destrozar el material escolar, pintarrajearlo con vuestros lápices alpino, y dios sabe qué endemoniadas salvajadas.
Ya en el instituto, olvidando todo buen gusto y decencia, rompíais hímenes barra virginidades, que a la postre seguramente eran, también, corazones rotos. Y en vuestra espiral de muerte y destrucción, dios sabe las fechorías que habréis hecho en las noches de borrachera con los amigos. ¿Papeleras? ¿Retrovisores? ¿Botellas de cristal? Sois unos sinvergüenzas, y no me extraña que así no evolucione un país.
¿Qué será lo siguiente?