Cuando llevas un tiempo con la misma persona si se puede notar que a veces todo llega a un punto muerto y que parece que no puedes avanzar en el sexo, por ello decidí hacer caso a unas amigas y comprar unos juguetes eróticos para darle otra vez la chispa a las relaciones sexuales con mi novio. Alguna vez había hablado con el de probar cosas nuevas y darle más intensidad a la relación, con lo que él estaba de acuerdo.
Cuando al final había comprado un par de cosillas para la velada, como juguetes sexuales y prepare con el un poco la cena y demás. Yo me preparé con un corset polipiel con cremallera rosa, ya que sabía que le gustaba mucho del porno y quería sorprenderle sí o sí, así que me lo puse y prepare algunas de las velas aromatizadas para cuando fuéramos a la habitación. Lo tenía todo como sorpresa para que no supiera que iba a encontrarse, así que cenamos un poco y empezamos a besarnos en el sofá. Al poco empezamos a calentar un poco más el ambiente y decidimos ir a la habitación.
Cuando me quite la ropa le encantó la lencería, de estilo rosa chicle muy erótico, su miembro se levantó enseguida y empezó a besarme el cuello. Con las velas ya preparadas pudimos empezar a besarnos y rozar nuestras partes, entonces le enseñe el vibrador 10 velocidades color rosa, ya que siempre quiso jugar con uno para darme placer.
Según veía mi reacción iba cambiando la velocidad, a veces más despacio a veces más deprisa, yo podía notar mi clítoris disfrutar, muchas emociones que terminaban entre beso y beso y yo rozando también su pene y notando sus venitas.
Sentía el calor en mis manos y no paraba de besarle. Él estaba encantado también con el momento y tener una cita diferente, siempre había querido verme con esa lencería y mandar el sobre el vibrador. Seguimos rozándonos el cuerpo hasta que empezamos a estar muy calientes, aunque yo le decía que fuera más despacio quería que me corriera y lo consiguió, una noche erótica en la que ambos disfrutamos.
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