¿ Países no tan distintos, aunque las personas y los posibles mandatarios lo sean ?
Cuando se tienen firmes convicciones de que determinados gobiernos se convierten en la excepción que otorga el dicho : el movimiento se demuestra andando, toda vez que los otrora elegidos todavía se aferran con dureza a una natural y democrática transición en la política que presume de poder, mientras hacen oídos sordos a las necesidades del pueblo y ciegos quedan para no ver los problemas derivados por un increíble paroxismo, es entonces cuando surgen las réplicas ante tales situaciones por parte de los entusiastas y precursores paladines de la libertad y la utilidad de la alternancia, que muchas veces se hace necesaria para no caer en el mismo error de proponer en las próximas contiendas electorales, prometiendo nuevamente lo que han sido incapaces de hacer con el privilegio y la confianza del pueblo, tal apostilla el acreditado Licenciado Ángel Peralta en su defensa de los principios del derecho y la ejemplaridad de la ética a ultranza, que sin duda deben prevalecer para que el marchamo quede impregnado, patentizado cuando se toman las riendas de un país persiguiendo la meta con la coherencia de hacerlo crecer en todas sus dimensiones sociales.
El próximo 17 de mayo 2020 se van a celebrar en República Dominicana las elecciones presidenciales, y es justo reconocer que el postulante Luis Abinader, máximo dirigente del Partido Revolucionario Moderno ( PRM) tiene muchas posibilidades de arrebatar a través de las urnas el bastón de mando del presidente Danilo Medina.
Abinader está demostrando capacidad y eficacia para dirigir y asumir el reto de reactivar una economía inmersa hoy todavía más en un pozo sin fondo, agravada hoy por la incontenible pandemia del Coronavirus, insistiendo en su campaña por proponer un gobierno de coalición dentro de un diálogo sincero entre los distintos opositores, que no se quede en una simple reunión y en promesas que puedan estar lejos de no cumplirse con la precisión y rapidez que exige el momento actual, y es ahí donde la experiencia y la sapiencia de determinados actores del necesario progreso no pueden quedar ocultos en la trastienda de la reserva, lo que nos hace volver a recalcar la necesidad de contar con hombres de la talla de Ángel Peralta como imprescindibles asesores activos que contribuyan a restaurar la perdida de confianza que hoy se denota en la sociedad dominicana.
Ángel Peralta, además de renombrado abogado-notario, es a su vez líder del Movimiento Voluntarios por el Cambio - VOC, quien apoya sin reservas la candidatura de Abinader augurándole el éxito que merece una persona que sabe desprenderse, gracias a su calidad humana, de la etiqueta política para entender que la sensibilidad está por encima de todo cuestionamiento ponderado por la autocrítica para resolver las situaciones dramáticas que indirectamente se generan y empañan la evolución que merece la República Dominicana, reafirmando con honor que tampoco la afirmación anterior está reñida con la seriedad del mandato, si se tiene la posibilidad de demostrar que el ideario programático y pragmático de una oferta electoral se va a desarrollar como cumplida respuesta al compromiso adquirido.
Haciendo un repaso de trayectorias, ya nos agradaría que cundiese el ejemplo en lo que todavía se sigue llamando la madre patria, con respecto a esa forma de apoyar, sacrificarse profesionalmente, incluso emocionarse cuando se intenta transmitir un contenido de soluciones diversas a problemáticas variopintas que pudieran presentarse como insalvables.
En España desgraciadamente se sigue soportando las diatribas, contradicciones y falsedades de gobiernos inestables, lo que nos hace llegar a la conclusión que bien merecería tener en consideración lo que proclama en República Dominicana, discursos claros e inevitables para salvaguardar los derechos y libertades, sin olvidar las obligaciones, apostando por los cambios que deben siempre autentificarse con transparencia, mientras los caminos transversales deben coincidir para que este mundo sea capaz de entenderse antes que los cimientos de una nueva "torre de Babel" se forjen para seguir no entendiendo nada, por ello resaltamos la importancia de la diferencia de paralelismos entre personas, políticos, países y la responsabilidad que implica asumir una función que oriente y vigile cualquier órgano de un Estado, ya sea en la España europea o en el caribeño paraíso de una República Dominicana que por diversas razones de hermanamiento, intereses, empatías y coincidencias, deberían afianzarse en pretensiones objetivas, progresistas y plurales, antes de comulgar con ruedas de molino.. pues en ambos casos poca falta hacen.