En un estudio publicado en en Arthritis & Rheumatology, un equipo de investigación internacional dirigido por la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego identificó una vía molecular novedosa que causa la gota y su progresión a la erosión del tejido articular.
Los hallazgos posicionan a la lubricina, una proteína que se encuentra en el líquido articular, como una nueva diana terapéutica tanto para la prevención como para el tratamiento de la enfermedad.
Los científicos estaban interesados en explorar los factores genéticos que conducen no a altos niveles de urato circulante, sino específicamente a la producción de urato y la deposición de cristales dentro de las articulaciones.
Mediante la secuenciación del genoma completo, la secuenciación del ARN y métodos proteómicos cuantitativos, los investigadores pudieron identificar una vía molecular importante que se interrumpió en el paciente, centrándose en una reducción significativa de la lubricina. La proteína mucinosa brinda lubricación y protección esenciales a los tejidos de las articulaciones y regula la función de un tipo específico de glóbulo blanco que promueve la inflamación en la articulación.
Experimentos adicionales confirmaron que, en condiciones saludables, la lubricina suprime la secreción de urato y xantina oxidasa (una enzima que produce urato) por parte de los glóbulos blancos activados y también bloquea la cristalización del urato en la articulación. Luego, los investigadores evaluaron a varios pacientes con la forma común de gota y confirmaron que ellos también habían disminuido notablemente los niveles de lubricina.
Los autores sugieren que el hecho de que un paciente con hiperacemia desarrolle o no gota puede verse influido por las variantes genéticas que tenga para la lubricina y otras moléculas que controlan su producción o degradación en la articulación.