Aquí estoy de nuevo, intentando recuperar el ritmo con el blog, que me está costando mucho más de lo que me gustaría. Esto es como dejar el deporte: mientras estás con ello, parece imposible vivir sin esa rutina que te hace sentir tan bien. Pero paras un día, y luego dos, y luego tres y cada día se hace más raruno esto de poner por escrito tus cosas para que alguien las lea. Empiezas a pensar cosas como que qué sentido tiene, que a quién le importa lo que haga o diga… ¿Te ha pasado alguna vez?
El caso es que he dejado de darle vueltas a la cabeza, he cogido la cámara y me he puesto a retratar lo que tengo encima de mi escritorio en estos momentos.
Estoy con varias piezas por acabar, de hecho según me dice mi archivo del programa de edición de fotos, el 2015 fue el año en que menos piezas empecé y acabé. Y aún así, he decidido que no me importa lo más mínimo. Cada pieza tiene su ritmo y hay que dejarlo ir. Y si apetece empezar otra cosa nueva para desengrasar la máquina y el rotary cutter, pues se empieza!
Espero que nos leamos pronto, porque tengo muchas ganas de contarte algunas cosas en las que he andado últimamente.