El Trabajo Social es una profesión que tiene sus orígenes en el siglo XIX en Inglaterra y Estados Unidos. Desde sus inicios (hace más de un siglo) hasta la actualidad el trabajo social se ha ocupado de cubrir las necesidades de las personas y desarrollar el potencial humano, realizando todo tipo de actuaciones encaminadas a lograr la existencia plena y la felicidad de todas las personas con las que interactúa como profesional.
El trabajo social, según define la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Sociales (IASSW), es una profesión que promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la autonomía del pueblo, para incrementar el bienestar. Mediante la utilización de teorías sobre comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Los principios de los Derechos Humanos y la Justicia Social son fundamentales para el Trabajo Social”.
Por lo tanto, podemos llegar a decir, que la profesión de Trabajo Social, es un pilar fundamental para el mantenimiento del Sistema de Bienestar Social, que actualmente se encuentra en crisis, y por lo tanto, estos profesionales deben saber adaptarse a esta nueva realidad y orientar sus actuaciones en ámbitos diferentes, intentando dar una respuesta más adecuada a las nuevas realidades.
Es fundamental el reconocimiento de la profesión de Trabajo Social por todas las instituciones locales y administrativas, y también por la población en general
Lo bueno e interesante del Trabajo Social, es esa capacidad de adaptación a las nuevas realidades, y que no se limita a un único campo de trabajo. Además, tiene una gran ventaja, que desde siempre ha realizado trabajo de campo a nivel local, esto quiere decir, que ha estado con la población en los problemas que les preocupan en su día a día, y a través de la creación de herramientas necesarias para poder salvar estas barreras, el Trabajo Social genera cambios que tienen visibilidad en las estructuras administrativas, las cuales, muchas veces, y sobre todo por la situación actual de falta de recursos económicos para crear ayudas, prestaciones e instrumentos necesarios que den respuesta a estas nuevas necesidades, ven limitado su campo de actuación. Pero el hecho de que a nivel local, y que gracias a la adaptación del Trabajador Social, que actúa en la raíz del problema, con la propia población para que busquen sus propias herramientas de solución, se generan esos cambios solidos que permiten el mantenimiento del Sistema de Bienestar.
Debido a esto, es fundamental el reconocimiento de la profesión de Trabajo Social por todas las instituciones locales y administrativas, y también por la población en general, ya que son profesionales preparados para asumir los retos que se van presentando de forma continua en la sociedad.
Nuevos yacimientos de empleo
En 1993 se publicó el “Libro Blanco de la Unión Europeo sobre el crecimiento, la competitividad y el empleo”, en donde se dedica un amplio espacio para determinar los nuevos yacimientos de mercado con nuevas salidas profesionales.
Dentro del Trabajo Social los nuevos ámbitos de trabajo se encuentran recogidos en el “Libro Blanco del Trabajo Social” de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Evaluación (ANECA) estos son:
- La planificación estratégica de servicios de bienestar.
- El análisis y desarrollo organizacional.
- El asesoramiento en la dirección de políticas de bienestar social.
- El marketing social.
- La comunicación e imagen en relación con temas sociales.
- La atención a situaciones de catástrofes y/o de emergencias.
- La defensa de los derechos humanos.
- La cooperación y solidaridad internacional (proyectos de desarrollo)
- La prevención de riesgos laborales
- La mediación familiar
- La terapia familiar
- El counseling
- La mediación comunitaria
- El peritaje social
- Gestión y dirección de servicios y equipamientos sociales.
También surgen nuevas profesiones relacionadas con los cambios sociales que la sociedad está experimentando, por su constante evolución (nuevas formas de familia, nuevas demandas sociales, pluralidad étnica, etc) a las que pueden acceder los trabajadores y trabajadoras sociales, como son los mediadores interculturales, familiares, vecinales, agente de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, agentes de desarrollo local, orientadores laborales, valoradores de la situación de dependencia, atención en emergencias sociales, técnicos de responsabilidad social corporativa de las empresas etc.… sin olvidar la importancia del ejercicio libre de la profesión, como consultores, peritos, asesores etc.…
También surgen nuevas profesiones relacionadas con los cambios sociales
Por otro lado, las necesidades de reciclaje continuo por la modificación en modos y técnicas de ejecución también tienen incidencia en el trabajo social, existe la necesidad de formarse contenidos referentes a los nuevos ámbitos de actuación en los que se ejerce desde la proximidad en los servicios sociales, es importante recordar la importancia del ámbito microsocial de la actuación en situaciones como la violencia de género, la conflictividad familiar, la diversidad cultural…
Por otro lado, la consecución del Grado y Postgrados en Trabajo Social, tendrá sin duda alguna, influencia en el mercado laboral para la profesión, de tal manera que los trabajadores y trabajadoras sociales podrán acceder a puestos que hasta ahora estaban reservados para el antiguo “Grupos A” de la Administración Pública o para “licenciados” en el caso de otro tipo de organizaciones, es decir, con esta nueva titulación los puestos directivos o docentes serán mucho más accesibles para la profesión, eliminando la necesidad de tener que recurrir graduarse en otras disciplinas para ello.
Las nuevas oportunidades para el trabajo social tienen que transitar por el ámbito ético sobre la capacitación y los principios de la profesión, así como por la política social partiendo de la idea de la ciudadanía democrática y por la economía como espacio de inserción laboral y de provisión de bienes.
La apuesta por un modelo de crecimiento
La postura de la profesión en cuanto a la protección social apuesta por la garantía de derechos subjetivos en servicios sociales, la defensa del Sistema Público de Servicios Sociales, el desarrollo humano, la equidad, la lucha contra las disparidades, el desarrollo participativo, la democracia, la capacitación humana y la ciudadanía como pertenencia a la
La postura de la profesión en cuanto a la protección social apuesta por la garantía de derechos subjetivos en servicios sociales
Además se debe mantener una perspectiva macro y microsocial, intentando ahondar en las causas de los problemas y no solo en los efectos para evaluar su impacto y
plantear propuestas, las expectativas profesionales también deben estar en el marco de la asesoría y la consultoría no solo en la intervención social o como gestores.
Capacidades a mostrar
Los profesionales necesitan una actitud de aprendizaje permanente, una predisposición a la participación y al optimismo, asimismo hay que reforzar la formación para elaborar la información sobre las realidades en las que se trabaja que vayan más allá de “la queja” para poder mostrar a la ciudadanía las oportunidades y fortalezas de la situación de la que se parte.
Es importante que el trabajo social mantenga la capacidad transformadora ante los cambios radicales que se producen en el contexto social, para ello debe tomar un rol activo en nuestra sociedad, adaptándose a las nuevas realidades con eficacia y haciendo todo lo posible para superar la tendencia a la burocratización excesiva.
Para lograr todo esto es fundamental que se lleve a cabo un esfuerzo sumamente importante desde el ámbito académico. Se ha ido logrando, a partir del año 2008 con la implantación del Grado en Trabajo Social, que lo equipara a otras profesiones universitarias como la psicología, sociología, antropología etc, y que permite al Trabajador Social desarrollar un conocimiento científico, que les permita realizar estudios de investigación que darán lugar a la creación de nuevas metodologías y formas de intervención social.
Intrusismo del voluntariado en puestos de Trabajo Social
Después de haber visto la reflexión anterior sobre cómo los trabajadores sociales deben ir adaptándose a los cambios sociales de una forma continua, ya que la sociedad ya no es tan estática como antes, sino que en un espacio breve de tiempo hemos experimentado numerosos cambios sociales, tales como nuevas formas familiares, pluralidad étnica, etc. y para poder hacer frente a esta nueva situación es sumamente importante recibir una formación reglada adaptada a la realidad actual, y un reciclaje continuo por parte de los trabajadores sociales.
¿por qué sigue habiendo entidades sin ánimo de lucro que no contratan a un profesional para realizar este trabajo?
Todo esto, deja a la luz, la importancia del reciclaje profesional para la actualización, y los estudios de investigación que son realizados por profesionales de una disciplina muy concreta, que abarca a su vez numerosos ámbitos de actuación, no solo se limita a uno, si no que puede tener cabida en muchos otros.
Leyendo este tipo de artículos, vemos o nos podemos hacer una idea de la importancia que tiene el Trabajo Social. Si tan claro queda, ¿por qué sigue habiendo entidades sin ánimo de lucro que no contratan a un profesional para realizar este trabajo?. No veo ningún puesto de médico, enfermero, ingeniero, biólogo etc. que esté desempeñado por una persona voluntaria, al contrario son profesiones valoradas y respetadas, pues ¿por qué el trabajo social no?…esta pregunta me la he hecho muchas veces, y quizás gran parte de la culpa la tengamos nosotros mismos…o el hecho de que siempre se nos ha asociado con temas de ayuda y caridad…y ha hecho que la sociedad tenga una visión distorsionada de nuestra profesión.
Además, se podría unir la constante “excusa” de la situación de crisis económica actual, que hace que las entidades sin ánimo de lucro tengan menos ingresos, porque han disminuido las subvenciones y ayudas locales y nacionales, que hacen que disminuyan sus proyectos sociales, y hagan reducciones en personal. Para paliar esta situación buscan personal voluntario, que al final acaba haciendo el trabajo que debería estar desempeñando un profesional, ya que se trabaja con personas en situaciones límites que buscan soluciones a sus problemáticas, y solamente por este hecho, estas personas se merecen que sea un profesional el que les atienda, el que les ayude a crear sus herramientas para salir de su situación, el que se coordine con entidades locales para buscar cambios en su entorno comunitario…todas estas actuaciones no se las podemos pedir a un voluntario, ya que su compromiso es diferente, no se les exige una preparación determinada, sino es aquella personas que acude libremente para apoyar a los técnicos en terrenos para los cuales no hay un mercado laboral. El voluntario es una persona que acude libremente a realizar unos apoyos, si desde las entidades sin ánimo de lucro, se les exigen funciones propias de un técnico, él mismos dejará de ir, ya que su idea de ofrecer su tiempo libre, no es la misma que cuando acude a un trabajo, además, se acabara quemando, ya que verá que realiza funciones que no le son propias y por las que merecería estar contratado y recibir una remuneración salarial.
Por lo tanto, es fundamental que las entidades sin ánimo de lucro reciban un reciclaje continuo sobre lo que es ser voluntario, y tengan muy claro los derechos y deberes de estos mismos. Además, los propios profesionales deberíamos denunciar e intrusismo, ya que si todos nos callamos la boca, esta rueda sigue girando, y nuestra profesión, la del Trabajo Social, nunca llegará a ser tan respetada como cualquier otra disciplina.
Fuentes:
89 Revista de Servicios Sociales y Política Social