Revista Cine
Director: Alfred Hitchcock
"Number Seventeen" comienza con un proto-plano secuencia muy pero que muy delicioso, adelanto, por lo demás, de que esta película, en términos técnicos y estéticos, es una exquisitez. Ya sea por la dirección de fotografía, con esos magistrales claroscuros cuasi expresionistas, ya sea por ese frenético tercio final que es pura adrenalina (qué bien quedan esas maquetas de trenes, y pensar que ahora todo se sustituye con pantallas verdes) o, también, por la agilidad con que Hitchcock mantiene vivo el relato a pura base de recursos visuales. Porque el guión, a grandes rasgos, no deja de ser disparatado, con un enredo sin pies ni cabeza que parece ser la excusa para meter a un montón de personajes en un escenario único, disputándose un preciado botín, sin que sepamos quiénes son y cuyas identidades/misiones/intenciones cambian como quien enciende y apaga la luz. En todo caso "Number Seventeen" es una entretenida historia de misterio repleta de giros (algunos convenientes, pero ya no vamos a redundar) cuyo único propósito parece ser seguir y seguir y seguir hasta que alguien, finalmente revele la verdad: la verdadera verdad, de ser posible, sin importar cuánto se amolde el guión a lo que le convenga, pues pareciera que la realidad se ajusta a la primera ocurrencia que cada personaje suelte en el momento (sin tomar en cuenta los acontecimientos previos que parecieran contradecir ciertas revelaciones), aunque no nos vamos a poner quisquillosos.
"Number Seventeen" es entretenida, su fotografía está de lujo y tiene buenos toques de sentido del humor (al rato es más comedia de equívocos criminales que un relato de misterio propiamente tal). El resultado, por más disparatado que parezca en ocasiones, justifica un visionado que vale la pena, claro que sí.
A todo esto, Hitchcock dijo que esta película es un desastre. Algo me dice que a lo mejor no le gustan mucho sus primeras películas habladas... Pero mientras uno pueda disfrutar de algunas de ellas...