Según sus fabricantes, los aditivos E tienen por objetivo aumentar la vida de los alimentos al conservarlos por más tiempo.
Sin embargo, estos aditivos alimentarios escondidos tras los números detrás de la E, suscitan desde hace mucho las sospechas de científicos y se relacionan directamente con enfermedades como el asma, alergias e incluso alzheimer.
Los aditivos E, han ido adquiriendo mala fama entre los consumidores a medida que han ido apareciendo informaciones acerca de su toxicidad y sus efectos sobre la salud.
Por ello hoy en día, los fabricantes optaron por eliminarlos de las etiquetas pasando a nombrar la sustancia química pura.
Si decimos que como conservante se utilizó jugo de limón en lugar de E330 (uno de los adtivos más tóxicos que se encuentran en el mercado), parece que el impacto se amortigua y la venta de dicho producto no va a resentirse.
Que no anuncien el contenido de aditivos E no quiere decir que el contenido de muchos productos elaborados esté libre de tóxicos. Antes de comprar cualquier producto es muy aconsejable leer detenidamente la etiqueta.
Existe información de sobra acerca de los aditivos E, su contenido y sus efectos sobre la salud. También se pueden descargar aplicaciones para teléfonos que resultan muy útiles para hacer la compra con garantías.
Algunos números E no son perjudiciales para la salud, por ejemplo los compuestos por sustancias vegetales como la remolacha, que aporta color.
Para librarse de la química que se esconde detrás de aditivos alimentarios es importante:
- Consumir productos frescos de temporada.
- Consumir siempre que se pueda productos ecológicos.
- Cocinar uno mismo antes que consumir productos industriales elaborados. (preferir siempre una sopa casera a una de sobre)
- Utiliza una aplicación de teléfono móvil que te ayude a averiguar qué sustancias hay detrás de los números E. Hacer la compra armado con esta herramienta facilita y garantiza evitar consumir química innecesaria y dañina.
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