"Nunca es demasiado temprano para comenzar a hablar a los niños de cuestiones sexuales". Al menos eso dicen las directrices publicadas por la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura. En el informe se habla de educación sexual desde el nacimiento.
Ya en septiembre del año pasado, unas directrices de la UNESCO sobre educación sexual recibieron un torrente de críticas por promover el aborto legal y la masturbación para los niños de hasta cinco años de edad. La intensidad de las objeciones forzó al organismo a desechar estos planteamientos, para luego reeditarlos discretamente en diciembre. Los principios orientadores estarían inspirados en la visión de Kinsey. Como muchos sabrán, Alfred Kinsey fundó su instituto en la Universidad de Indiana, alcanzó preeminencia en las décadas de los cuarenta y los cincuenta por sus estudios de comportamientos sexuales humanos. Los críticos lo acusaron de promover la pedofilia y se refirieron a su investigación en la que documentaba orgasmos en niños pequeños.
Ahora un nuevo informe, firmado por Vernor Muñoz, sostiene que los Estados tienen la obligación de asegurar este nuevo derecho de educación sexual desde las etapas iniciales de la vida. De momento, los bloques de Afica y del Caribe han reaccionado enérgicamente contra la creación de este nuevo derecho. Pero no han sido los únicos. También Rusia, la Santa Sede y Estados Unidos han denunciado la afirmación de este nuevo derecho a la educación sexual integral. Por el contrario, la Unión Europea mostró íntegra e incondicionalmente su apoyo al proyecto Muñoz. La Asamblea General no ha tomado medidas sobre el informe, pero se espera que lo reconsidere en diciembre.