Revista En Femenino
Siempre que veo en las noticias a esas jovencitas que gritan desesperadas, y lloran junto a las ridículas de sus madres ante las puertas de los hoteles en los que se hospedan sus ídolos, pienso “menos mal que yo nunca he hecho eso”. Lo primero, mi padre se entera de que estoy durmiendo en la calle con 14 años, sin ningún tipo de supervisión, y – aunque ahora no sea políticamente correcto- viene y me parte la cara. Pero más allá de la velada amenaza, está el hecho de que nunca he sido fanática de nada. Pues qué tristeza, pienso ahora desde la distancia.