Revista Cultura y Ocio
El libro lleva detrás de si una campaña de marketing, no se si diría agresiva, pero si importante. No comprendo la manía que tienen las editoriales españolas de cambiar el titulo a los libros, este en cuestión en la versión francesa se llamaba Twist y la portada no tenía nada que ver con la ilustración de la italiana Nicoletta Ceccoli, que recuerda a otro libro también de ascendencia francesa, La mecánica del corazón. Si se mira la fecha de edición española uno llega a la conclusión que es un producto hecho expresamente para Sant Jordi, para el día del libro, un titulo que puede hacer picar en el anzuelo a muchas parejas, y que sin embargo no es más que la coletilla final de unas cartas que una madre escribe a su hija... pero no quiero precipitarme.
Con este titulo posiblemente de no haber leído tantas reseñas positivas y alguna que otra negativa nunca me hubiera acercado a él, porque no soy lectora de novela romántica y eso es lo que a simple vista parece... Sin embargo las apariencias engañan y si nos encontramos con una historia de amor, o más bien tres historias distintas que convergen en una misma, pero no es un amor al uso, así que yo la denominaría una novela de sentimientos. Nada edulcorada, nada ñoña y con tres voces distintas y tres estilos distintos, para dar cabida a cada voz, y entre las tres se conforma el panorama de esta novela, que a mí me ha gustado.
La primera narradora que encontramos es a la madre de Madi, esta fue secuestrada con once años y nada se sabe de ella desde entonces. Las autoridades policiales la han dado por muerta, sin embargo su madre la siente viva, y para mantener la cordura le escribe todos los días una carta, en la que le cuenta lo que pasa en la casa, con su gatito, con su padre, con su abuelo, los sentimientos que ella alberga, las desilusiones cuando una pista no resulta ser cierta... El dolor de una madre ante una perdida que le tiene el corazón dividido, por un lado la sabe viva y cree que por su carácter resuelto algún día volverá a verla, otras veces preferiría que se encontrara su cuerpo, tener algo a lo que aferrarse, alguien a quien llorar, tenerla ubicada. Las cartas de la madre unas veces son muy tiernas y optimistas, otras desgarradoras, la culpa le rezuma por los poros, tiene miedo a olvidarla, tiene miedo a que ella la olvide, de ahí la coletilla final... Nunca olvides que te quiero.
" Puede que esta fuera la razón del sueño. Parece ser que a veces se sueña lo que más se desea en el mundo. Puede sonar extraño pero nunca había soñado con tu vuelta. La creía posible y no soñaba con ella. Me pregunto si este sueño es una señal, la señal de que yo también te abandono. De que necesito soñar, puesto que ya no espero."
Me he identificado bastante con la madre, quizás porque yo también lo soy, quizás porque me hubiera vuelto loca de vivir una experiencia así, quizás porque a pesar de su debilidad y de ese esconder las cartas para que no piensen que ha perdido la razón ella necesita sentir a su hija como yo también hubiera necesitado sentir al mio, y todo lo plasmó a través de la escritura.
Madi en su encierro de momento comprende que para sobrevivir tiene que poder escribir lo que siente día a día, los avances que realiza hacía su liberación, porque unos días se resigna a vivir encerrada para siempre y otros lucha como una leona para salir. A través de los cuadernos en forma de diario que escribe, nos encontraremos con una niña optimista, alegre, creativa, luchadora. Veremos el cambio de niña a mujer. El vocabulario que utiliza es el propio de la edad, las rabietas, los lloros, las expresiones, le baja la moral hasta el fondo del fondo de las converse, y cuando estas no están de los mocasines. También a través de ella sabemos un poco sobre su secuestrador, sobre el lugar donde la tiene, sobre los estados de ánimo de ambos.
Sin embargo me hubiera gustado que la autora le diera más espacio a esta historia que para mí debería ser la principal y siento que le roba espacio la tercera... que para mi gusto debería haber sido mas superficial, más circunstancial. Me hubiera gustado saber más del secuestrador por su propia voz, no solo de la mano de Madi, que tenía con el una relación amor-odio comprensible. Sin embargo se silencia a este hombre y nunca llegamos a saber el motivo por el que la secuestró, más allá de las elucubraciones de Madi...
"Una vez me dijiste que escribir era salvar la propia vida, En aquellos momentos no lo entendí bien porque era demasiado pequeña. Pero allí, cuando por fin pude poner en palabras lo que sentía, mi existencia se hizo de pronto más soportable; creo que me lance para seguir tu ejemplo, y tenías razón. En otra época escribía sobre todo poemas, porque era divertido trastear con la forma, era un poco como hacer sombreros, un tipo de ensamblaje. Pero en casa de Rémy Lunel tenía que EXPLICAR. De verdad. Porque las cosas puestas en frases es como si fueran menos graves: si se acuestan sobre papel, las angustias que te roen estilo hamster diabólico se transforman en cosas materiales que cuando uno quiere puede romperlas."
Madi despierta el cariño del lector, Delphine tiene la habilidad de ponernos en su piel, de ir viviendo día a día su encierro, cada pequeña victoria de la niña es como una gran victoria para el lector, cada vez que se equivoca y su carácter le hace retroceder en su empeño por lograr la libertad se vive por el lector como una derrota, cuando cogía sus paginas, no quería soltar el libro, quería avanzar para ver si Madi conseguía un poco más o volvía a dejarse vencer por su carácter.
La tercera historia usa el estilo narrativo, es una voz más grave, narrada por su protagonista, una persona cercana a Madi, una persona con la que ella tenía una relación especial y que de alguna forma tampoco puede olvidarla, unas veces siente que esta viva, otras que esta muerta, cada avance o retroceso en la investigación le afectan. Pero en realidad lo que nos cuenta es la historia de amor que vive con una mujer que no sabe corresponderle y a la que se ha acercado a través del libro de fotografías que el abuelo de Madi, le hizo... su titulo Twist, de ahí el titulo de la versión francesa, ese es el nombre de la niña para sus allegados y a ese es al que ella siente que su secuestrador no puede llegar y en ese nombre se refugia porque no se lo puede robar. Al principio no entendía muy bien la razón de esa tercera voz, sin embargo al final todo encaja... Y se ve el porque de esa voz, aunque no entiendo muy bien el porque de la importancia que le otorga la autora.
A fin de cuentas esta novela es la historia de tres personas que buscan el amor, que huyen del desamor, que se encuentran perdidas, es la historia de una tristeza contada a tres voces, el amor de la madre de Madi por su hija, el de Madi por Stanislas, y el de este último por Louison... Es la historia de un reencuentro y la historia de un nuevo comienzo...
Un libro que me ha gustado, con sus peros, una autora que ha sabido conjugar tres estilos de escribir en una sola novela, que nos ha mostrado los sentimientos de los personajes principales, pero a través de ellos también de los secundarios. A mi parecer están bastante bien dibujados los personajes, caminan y sienten por si sólos, sin embargo se echan de menos algunas voces, como la del secuestrador... una explicación. El final es redondo, un final que en cierta manera tienes que intuir, pero que entre todos ponen de manifiesto... Una historia dura y tierna a la vez, dura porque todo secuestro lo es, y verse privado de libertad tiene que ser muy duro, al igual que esperar durante años saber algo de la persona que falta, tierna porque tanto la madre como la hija la hacen, le restan dureza a otros fragmentos... Puede que la tercera historia sea necesaria para conformar el puzzle, pero me ha parecido que le ha dado demasiada importancia, hasta el punto de que hasta que no llegas al final, no le ves el sentido...
Si se da una vuelta por la red, hay opiniones para todos los gustos, a mi personalmente me parece recomendable...