Facundo Cabral era un hombre con profundas convicciones tanto religiosas como políticas, reflejos de ello encontramos en muchas de las letras de sus canciones y hoy, dos en especial, me han hecho reflexionar.
Se nos ha dicho desde hace mucho tiempo que la Democracia es un sistema imperfecto pero que es la menos mala de todas las formas de gobierno intentadas por el hombre a través de la historia. Yo era un ferviente devoto de esta opinión hasta diciembre de 1998. Me refiero tan sólo a las elecciones de ese año porque a mi entender fueron las últimas celebradas en nuestro país que no están signadas con la sombra de la duda.
Millones de venezolanos, yo no, yo vote en contra, decidieron en esa fecha que era oportuno comenzar a comer yerba y cumpliendo con el vaticinio de Facundo Cabral eligieron su presidente. Hoy, diez y seis años más tarde, la yerba se secó y los pendejos aún siguen al frente. Bien lo dice el dicho, “es más fácil engañar a la gente que convencerlos que han sido engañados”.¿Qué hace falta para quitar la venda de los ojos a los millones de pendejos que pululan por la geografía nacional? ¿Existe una cura para la “pendejura”? No lo sé aunque me gustaría averiguarlo. Mientras tanto, ya que tanto se está hablando de una constituyente para resolver nuestros actuales problemas (con la que no estoy de acuerdo mientras no se cambie el organismo electoral por uno verdaderamente imparcial), yo propongo que se incluya en la nueva constitución que de allí salga una cláusula que condicione el derecho al voto, solo podrán votar aquellas personas que previo examen psicológico certificado por expertos reconocidos, demuestren estar libres del síndrome del pendejo.Mientras tanto, podríamos tratar de contener un poco la amenaza representada por semejante manada de vacas, por mantener el ejemplo inicial y con la venia de las vacas claro, tan solo permitiéndole votar a aquellos que no hayan ejercido ese deber cívico en los últimos veinte años. Eso al menos haría más fácil el conteo a ver si alguna vez nos podemos comparar con otros países en materia de celeridad para dar los resultados. Para muestra un botón, la India con más de cien millones de votantes, en sus últimas elecciones, que fueron manuales, dieron resultados definitivos un par de horas después de finalizados los comicios.Finalmente, como siempre, los venezolanos nos hemos destacado, acá hay que temer aún más a los pendejos, siendo muchos, ya llevan muchos presidentes elegidos y cada vez, el prado esta menos verde.Arturo Neimanis