Revista Baloncesto

Núria Martínez: "Aunque el baloncesto sea mi vida y me dé la pena dejarlo, tengo claro que acierto iniciando una nueva etapa"

Publicado el 15 julio 2020 por Toni_delgado @ToniDelgadoG

29 testimonios (familia, compañeras, rivales, entrenadores, afición, periodistas, agentes y fisioterapeutas) y la propia protagonista repasan para Cronómetro de Récords la trayectoria profesional de la ya exjugadora, entre otras, del UB Barça, el Perfumerías Avenida o el Uni Girona

Toni Delgado (@ToniDelgadoG)

"Me gusta que el público nos aplauda y anime durante los partidos, pero ser el único centro de atención me da mucha vergüenza. Soy muy discreta", confiesa Núria Martínez (Mataró, 1984), cuando le planteo cómo se imagina el homenaje que el Uni Girona, su último club como profesional, le hará en Fontajau en el momento en el que la pandemia lo permita.
Ha pasado casi medio mes desde que la base catalana se puso delante de la cámara y anunció una decisión muy meditada."Aunque el baloncesto sea mi vida y me dé la pena dejarlo, tengo claro que acierto iniciando una nueva etapa", asegura por teléfono Núria Martínez, agradecida del cariño de Girona: "Es muy difícil sentirte tan bien desde el primer momento como yo en el Uni".

Núria fue una niña movida y con mucha energía que siempre estaba jugando, sobre todo al baloncesto, y que se lo pasaba pipa en los partidos de su hermano Bernat.

-Núria, ¿estabas siempre en el suelo? -le pregunto.

Antes, en el 2000 y con 16 años, debutó en el Universitari de Barcelona, futuro UB Barça. Era una júnior con madurez y actitud de sénior. "No se arrugaba ante nada ni ante nadie ni le daba vergüenza preguntar. Le advertí que si seguía exprimiéndose tanto tendría que retirarse antes de los 20 años. Diría que Núria siempre ha jugado con dolor", recuerda Betty Cebrián.

Le pregunto a Núria Martínez si se acuerda de aquellas palabras de su excompañera.

-Me suenan un poco... [Se ríe]. Antes era bastante más kamikaze y con los años, y gracias a la experiencia, he ido dosificando mi impulso.

Núria Martínez se despidió del UB Barça la noche del 15 de mayo de 2003 en la Fonteta y contra el gran rival, el Ros Casares. A falta de nueve segundos dominaban las locales por 70-68. Con ocho por jugarse, Ruth Riley, intimidada por Razza Mujanovic, falló un tiro. A falta de seis segundos, Amaya Valdemoro cometió antideportiva sobre Isa Sánchez, que metió los dos tiros libres. A tres para el final, Ruth Riley le hizo falta personal a Laia Palau, que tampoco falló (70-72). Marta Fernández estuvo a punto de cambiar la historia con un triple lejano y sobre la bocina que no entró.

Así de sufrida y de épica fue la primera Liga del UB Barça y de Núria Martínez. "En finales tan ajustados puede pasar cualquier cosa. Las remontadas son fruto del carácter y de la fe. O te lo crees o no tienes nada que hacer. ¡Y en la Fonteta nos multiplicamos!", describe Núria Martínez. Antes de empezar una nueva aventura en el Perfumerías Avenida participó en otra gran remontada, esta vez en la selección y en el partido por el bronce ante Polonia en el Eurobasket de Grecia.

-Durante el confinamiento volvieron a dar el encuentro en Teledeporte. Me hizo mucha gracia verme de pequeña y corriendo de un sitio a otro como si se acabase el mundo. Sabía que habíamos sacado adelante un partido muy difícil, pero no que hubiese sido tan espectacular.

Ella y Marta Fernández, compañeras de habitación, fueron las grandes artífices. España llegó a perder por 20 puntos en el segundo cuarto y cedía por 17 a falta de nueve minutos y medio. Ninguna de las dos había jugado en los tres partidos anteriores.

-Si estábamos convocadas era porque confiaban en nosotras y podían sacarnos en cualquier momento. Lo sabíamos y estábamos tranquilas con nuestro esfuerzo -relata Núria Martínez.

-Éramos las jovencitas y jugábamos muy poco. Cada mañana, mientras quienes jugaban más minutos descansaban en el hotel, entrenábamos 1x1 toda la pista. Cuando nos tocaba enfrentarnos no nos gustaba nada... Nunca perdimos la esperanza de ayudar al equipo cuando se nos necesitara y así fue en el partido más importante y en una situación límite. Salimos sin nada que perder y mucho que ganar, y remontamos. Resultó una sensación increíble ver a nuestras familias, que viajaban juntas siempre, poder disfrutarlo en directo -rememora Marta Fernández.

Joan Fèlix Martínez, el padre de Núria Martínez, recuerda el partido como si se hubiese jugado hace un rato: "Me sacas una sonrisa. Estaba en la grada sentado con el directivo de la FEB Carlos Sainz, que lamentablemente nos dejó hace unos meses. Él, viendo cómo iba el partido, me decía: '¡Tiene que salir Núria!'. Y entraron Marta y ella... ¡Y remontaron el partido! ¡Inolvidable!".

Quizás recuerde el gesto que tuvo con Betty Cebrián, que nunca lo olvidará.

-Estaba sentada en el vestuario y pensaba que mi ciclo en la selección se había acabado y a mi carrera le quedaban pocos capítulos. No le había comentado nada a mis compañeras. El entorno no tiene por qué estar en tu cabeza. Núria fue la única o de las pocas que vino a abrazarme y a darme las gracias por todo lo que había hecho. Sabe cuándo y cómo ayudar.

-Núria nunca duda en echarte una mano en lo que sea, además Betty era la capitana de la selección y la acogió y protegió tanto allí como en el UB Barça -destaca Montse Prat, su madre.

Núria Martínez siempre ha sido muy empática. Le viene de cuna.

-Supongo que sí. Es mi carácter y me han criado así. Soy bastante sociable. La empatía te ayuda a entender al resto y, por tanto, a encajar mejor en los grupos.

Con una Liga y un bronce europeo bajo el brazo, Núria Martínez hizo las maletas rumbo a Salamanca para jugar en el Perfumerías Avenida, que hasta entonces no había ganado ningún título. Había estado cerca alguna vez. "En el UB Barça jugaba bastante, pero estaba en casa. Deseaba coger mucha experiencia en un equipo en el que sería importante. Siempre quiero y necesito ponerme a prueba", confiesa.

-Le ofrecimos liderar nuestro nuevo proyecto y, con el tiempo, se convirtió en el timón y la jugadora emblemática del equipo. Núria tiene mucha culpa de que el club tenga su estatus actual -expone Perfumerías Avenida, presidente del Perfumerías Avenida.

-Desde que la vi en un Campeonato de España Infantil en Vilagarcía de Arousa me la imaginé en mi equipo. Pese a su juventud, era la piedra angular de un grupo con figuras muy importantes. Tengo grabado nuestro abrazo tras ganarle la Liga al UB Barça. Núria nos ayudó a creer que era posible lo que hasta entonces no lo había sido, ganar títulos -destaca Jose Ignacio Hernández, exentrenador del conjunto charro.

-Al menos en España, su físico era muy superior al de casi todas sus rivales. Tenía una lectura del bloqueo excelente, un tiro notable, además de ser buena reboteadora y una gran pasadora -la retrata Álex García Santana, periodista deportivo de La Gaceta de Salamanca.

-Dale recuerdos de mi parte. Le tengo un cariño enorme. Es muy divertida y educada. En algún viaje con el equipo me puse a jugar a cartas con ellas -recuerda Alberto Pérez, que retransmitía partidos del Perfumerías Avenida para la Cadena SER.

"¡De Núria podría hablarte muchas horas, hasta días", empieza Laura Camps, del mismo perfil: otra líder altruísta y silenciosa. "Congeniamos muy bien desde el primer momento, y cuando nos vemos es como si no hubiese pasado el tiempo. No te equivocarás haciéndole la misma broma a Núria. Sigue siendo la misma", destaca la MVP de la Copa de la Reina de León de 2006. El triple de Laura Camps ante el Ros es historia del Perfumerías Avenida, el gran momento del segundo título copero del club. La primera Copa (y también el primer título) había llegado la temporada anterior en la Fonteta, tras eliminar otra vez al anfitrión en semifinales, y al Basket Zaragoza en la prórroga.


Una temporada le cedieron un coche con la imagen del club y unas fotos enormes de ella y de su compañera Vanessa Hayden.

-Núria, ¿llegaste a conducirlo? -le pregunto.

-¡No! Me daba vergüenza ir por ahí con un vehículo con mi cara y se lo cambié a Vanessa por otro en el que salían los nombres de todas las jugadoras del equipo. [Risas].

Tras tres temporadas y tres títulos, Núria aceptó un nuevo reto: el Dynamo de Moscú. Antes de aterrizar en Rusia fue cuartofinalista en el Mundial de Brasil y grabó uno de los anuncios más recordados de nuestro baloncesto, el de Kinder bueno.

-[...]. Alguien como Núria no olvida jamás que es una deportista. Ni siquiera cuando come. Cuando elige un snack, elige Kinder bueno. [...].

Lo rodó en Milán durante "dos o tres días" y con una compañera de lujo como Ticha Penicheiro: "Repetíamos las escenas. Su anuncio salió en Portugal. Fue muy divertido y gratificante compartir la experiencia con una de las mejores bases que he visto".

En Moscú pasó unos primeros meses "bastante duros". Su vida era muy diferente: mucho frío y mucha vida en casa. Suerte de su compañera Anete Jēkabsone: "Me hacía de intérprete y me ayudó un montón". Después, el Famila Schio, "un club acogedor y familiar"; el Ros Casares, en el que "nos juntamos muy buenas jugadoras, pero no funcionamos lo suficiente como equipo"; el Kayseri Kaski, donde "pensé que me costaría más adaptarme y estuve genial"; el Galatarasay, "un club grande con mucha presión por los resultados y en el que disfruté"; y otro capítulo en Schio.

Es mejor que Cayetano Pérez cuente el siguiente movimiento. El presidente del Uni Girona describe la escena: está en las oficinas del club con Xavi Fernández, Anna Caula y Noemí Jordana. Por la puerta aparece, emocionado, Pere Puig, el director deportivo.

-Existe la posibilidad de fichar a Núria Martínez...

-Pere... ¡Estás loco! ¿O estás de broma?

-Hablo en serio... Núria tiene ganas de volver a estar cerca de su familia y de jugar en la Liga Femenina...

-Por su lectura, coloración e ímpetu, es muy divertido verla jugar. Me fijaba mucho más en su defensa porque desesperaba a todo el mundo, siempre chocaba... ¡Era incansable! Me fascinaba su arrojo. Y atacando también daba espectáculo -detalla Noemí Jordana.

Para espectáculo, el España-Francia del Mundial de la República Checa. El 1 de octubre de 2010 la selección parecía que volvería a repetir su tope en el torneo: los cuartos de final. Jose Ignacio Hernández era el seleccionador: "Recuerdo que, cuando perdíamos por siete puntos a falta de poco tiempo, Núria Martínez recuperó un balón imposible. Ahí empezó la remontada. Metemos, fallan, metemos, fallan... Núria es pura voluntad. Corazón. Siempre ha sido vital en situaciones límite". Esa tarde España superó varias y resolvió en la prórroga. "Se nos lesionó una pieza fundamental como Sancho Lyttle y lo sacamos creyendo, con mucho carácter. Si en ataque aporto, perfecto, pero siempre quiero sumar más en defensa", aporta Núria Martínez. España entró en otra dimensión con el bronce ante Bielorrusia.

La base catalana no volvería a la selección hasta otro Mundial, el de Turquía, en 2014 y ya con Lucas Mondelo: "Aceptaba muy bien el rol que se le dio, por más que no se conformase con él. En la semifinal ante la anfitriona salió cuando perdíamos por ocho puntos en el tercer cuarto y nos dio un rendimiento inmediato. No sólo dirigió con brillantez al equipo, sino que minimizó a Isil Alben y a Birsel Vardarli. Núria Martínez lo bordó en el momento clave". España fue plata, tras una inalcanzable Estados Unidos. Con un bronce en el Eurobasket de 2015 de Hungría y Rumanía cerraría su periplo en la selección (145 partidos).

Como esponja que es, siempre ha intentado copiar lo mejor de sus referentes, pero nunca ha tenido ídolos lejanos. "Siempre preferí tener un espejo más cercano y ése siempre ha sido mi padre", confiesa. "Siempre lo comenta. [Sonríe]. Es un orgullo que una persona/deportista como Núria me tenga como referencia", interviene, emocionado, Joan Fèlix Martínez.

-¿Nunca te has hecho una foto con un/a deportista?

-De pequeñita sí. Tengo una con Chichi Creus. ¡Me hizo una ilusión tremenda! De mayor me gustaba ver jugar a quien admiraba y ya está... Quizás me daba vergüenza pedir una foto...

"Tu idolo, probablemente, es parecido a ti, pero físicamente es más potente y tiene otras cualidades que no tienes", reflexionaba Jael Freixanet, exjugadora, entre otros, del UB Barça, el Perfumerías Avenida y el Uni Girona en una entrevista para Cronómetro de Récords. Tenía razón: Íngrid López es risueña y optimista como Núria, y también algo vergonzosa al principio, e igual de prudente.

-Me pongo muy nerviosa con estas cosas... Por no molestarla cuando estaba firmando después de un partido, me esperé a que se duchase. Salió la última y ya no quedaba nadie. "¿Me estabas esperando...? Me sabe mal... ¿Qué necesitas?", me preguntó. "Hola, Núria... Me hice una foto contigo en 2010, cuando viniste con el Ros Casares, y me gustaría repetirla..." -cuenta Íngrid López.
-Núria era y siempre será un espejo para mí. La iba a ver con mi padre en su etapa en el UB Barça, y de mayor solíamos compartir pista en verano. ¡Era una pasada verla entrenarse al lado! Y acabar jugando juntas en el Uni Girona fue... ¡Indescriptible! Me dio muchos y muy buenos consejos -confiesa Rosó Buch, base-escolta del Gernika.

Los duelos en la pista entre Roser y Núria, las hermanas Martínez Prat, eran apoteósicos. Ambas los recuerdan con una sonrisa.

-Yo era muy buena defensora y siempre me tocaba frenarla.. [Se ríe]. Ahora en serio... Nos conocemos perfectamente y sabemos cómo sacarnos de quicio -interviene Roser Martínez.

-Roser me conoce tanto... Mejor que nadie. ¡Defendía mucho mejor que yo! Tenía unas piernas súper potentes -reconoce Núria Martínez.

-Núria, no tengo ni idea de qué has estudiado, pero te imagino de maestra... -le comento.

-[Se ríe]. Es curioso... Empecé diferentes carreras presenciales que me resultó imposible compaginar con el baloncesto y una fue... ¡Magisterio! Al final me gradué en Administración y Dirección de Empresas (ADE) a distancia, por la UOC. Mi nuevo trabajo está ligado a mis estudios.

Èric Surís, su último entrenador como profesional, repara en la cara "modo competición" de Núria Martínez en la presentación de equipos: "Cuando volvió a las pistas tras su lesión, participó al instante en acciones importantes y se jugó los dos primeros triples que tuvo. Eso no lo hace cualquiera". "Jamás se aburría jugando ni entrenándose. Siempre daba su máximo de energía y concentración, igual que Quino Salvo", interviene Vicente Rodríguez, quien la hizo debutar en la selección absoluta. "De mi hermana Núria admiro que desde el primer día haya sido una jugadora muy profesional. Siempre ha sido muy responsable y se ha cuidado muchísimo. Me fascina su capacidad de adaptación a diferentes clubes y culturas", expone Bernat Martínez.

Núria Martínez también jugó en la WNBA. En el 2004 hizo la pretemporada con las Sacramento Monarchs, el equipo que la drafteó y que la traspasó a las Minnesota Lynx, donde sí disputó partidos oficiales (2005 y 2010). Su discurso no puede ser más sincero: "Sabía que no destacaría ni tendría muchos minutos. Me centré en mi papel, en crecer lo máximo y en disfrutar de una experiencia global. Los recursos de la competición y de los clubes son espectaculares, y jugar ante tanta gente es brutal".

"Núria conectó con Fontajau al instante. Tiene un imán. La sigo a ella y a su hermana desde pequeñitas, aunque hasta poco antes de que fichase por el Uni Girona no me enteré de que eran hijas de Montse Prat, con quien coincidí en el UE Mataró en el último año de mi carrera", confiesa Lolita Iglesias. "No era una extraordinaria asistente como Laia Palau ni asumía el protagonismo de Sílvia Domínguez. Núria Martínez era habilidad y orden, siempre aparecía en los momentos decisivos y estaba a punto. El equilibrio absoluto", interviene Diego Martínez, narrador de baloncesto femenino en Teledeporte.

"A mí", interviene Vicente Rodríguez, Cholas, el primer seleccionador en apostar por Núria Martínez (Eurobasket de Grecia de 2003 y Juegos Olímpicos de Atenas de 2004), "me gustan las jugadoras que saben competir. Podías contar con ella en los instantes importantes por su extraordinaria defensa y su valentía. Nada ni nadie la frenaba, y provocaba muchas faltas en ataque. El 99% lo eran". "Lideraba trabajando más que nadie. Arrastraba a todo el mundo a dar su máximo. No recuerdo verle ningún aspaviento. Es una excelente profesional y un encanto de niña", se suma Mingo Díaz, también exseleccionador (Eurobasket de Turquía de 2005 y Mundial de Brasil de 2016).

"Siempre busca el bien del equipo, en el que ha sido vital. Una de las claves de la Liga que ganamos fue que ella y Laia, dos bases y líderes, se alternasen en el 1 y el 2. Núria suma incluso cuando no puede jugar", la retrata Èric Surís, entrenador del Uni Girona. "Cuando están lesionadas las jugadoras pueden tener mala cara, pero ella siempre desprende energía y optimismo", interviene David Subirana, fotógrafo del conjunto catalán.

-¿Qué título le pondrías a una exposición de imágenes tuyas de Núria Martínez? -le pregunto a David Subirana.

-Déjame pensar... Núria Martínez, un sentimiento. La primera foto que incluiría sería una que le hice contra el Famila Schio en Euroliga.

"No sé si hemos llorado mucho o poco, pero sí que lo hemos hecho. Juntas o por turnos", confiesa Beti Orden, fisioterapeuta del Uni Girona: "Se dejó el alma para recuperarse de la lesión. Núria es feedback y buen rollo, minimiza los problemas". "Se interesa por tu trabajo y por cómo estás. No tiene excusas para nada y lo hace todo con mucho cariño", defiende Oriol Bernà, jefe de prensa del Uni Girona.

Núria es especial y hace sentirse especiales a los demás. "Ha sido muy fácil trabajar para ella porque siempre está dispuesta a todo", la retrata Alicia López, de la agencia de representación 4 Players Sports. "Nos ha enseñado a ser racionales y a saber estar en el lugar adecuado según la situación", explican sus padres. "Muchas veces me encantaría tener su constancia y perseverancia", interviene su hermana Roser. "Núria deja un legado de tenacidad. A pesar de que se tuerzan las cosas es indestructible. Tengo muchas ganas de verla", se suma Laura Camps.

"Ha sido un gran descubrimiento para mí. Me ha enseñado mucho", celebra Vega Gimeno, compañera suya en la selección de 3x3: "Nos ha aportado una intensidad defensiva que no teníamos. A veces había que pedirle que se tranquilizase para que no nos pitasen faltas, que en el 3x3 penalizan por los tiros libres y posesiones que ofreces".

-¿Seguirás en el 3x3? -le pregunto a Núria.


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