Diane Von Furstenberg no ofreció un desfile al uso, sino más bien una presentación, que quizás podríamos catalogar como performance, en la que las modelos se preparaban en un tocador, bailaban, hablaban y se divertían. En cuanto a la ropa vista, no cambia mucho de la que siempre presenta, en su línea bohemia pero deluxe.
Debo decir que lo que más me gusto de 3.1 Phillip Lim fue su paleta de colores desde caqui, marrones, negro, naranja, pasando por azul o granate. Su colección fue una de las más relajadas que pudimos ver, pues estaba basada en la funcionalidad de las prendas.
Creo que no había puesto esta temporada en los resúmenes ningún diseñador de trajes de noche, porque la verdad Reem Acra o Jenny Packham, que suelen gustarme, no me han dado más estas ediciones. Han sido los de Marchesa los únicos diseños que me han hecho soñar con la alfombra roja esta NYFW. Una colección lujosa y bastante ostentosa, llena de detalles.
Créditos: Vogue.
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