Tuvo que llegar Altuzarra para que la NYFW dejase de ser aburrida y, lo que es peor, mediocre. Con su inspiración franco-española, concretamente el País Vasco de donde eran sus antepasados paternos. Siempre con la idea de que España es solo flamenco y toros, agrada ver que este diseñador se ha ido al norte del país y le ha funcionado a la perfección. La gama de colores es el binomio blanco y negro pero introduce algo de azul y naranja. La prenda estrella es el vestido, en su mayoría de salidas en corte recto.
Créditos: Vogue.