Para el periodista Luis Frontera, que estudia la sexualidad como forma de la comunicación, estas expresiones "son herencias de nuestro lado peor: el de la apropiación sexual de la prisionera, que se origina en la Conquista de América, pasa por la ESMA, y actualmente está en las páginas policiales amarillas".
Frontera recuerda que la acepción sexual, típicamente argentina, de la palabra "coger" la impusieron los conquistadores cuando llegaron a nuestras playas de sus largas travesías con obligadas abstinencias (y bajaban de los barcos al grito de "cojan a ésa", "cojan a aquélla", como sinónimo de rapto de las nativas). Y se pregunta: "¿Por qué nosotros o algunos de nosotros la repetimos? Porque algunos toman el acto sexual como una forma de apropiación violenta, salvaje, casi animal. Ni siquiera dicen «coger con». Dicen claramente «coger a...». Como dirigiéndose a quien no participa, a un ser despreciable y pasivo. Un ser hembra, para ellos".
“La tenés muy comprometida”
PABLO SIRVÉN
(la nación, 30.10.11)