Revista Cine
Director: Fernando Coimbra
Dos sorpresas me he llevado con esta película que he tenido presente desde que se estrenó y cosechara positivos comentarios, ¿en qué país y en qué momento?, tal respuesta no la puedo determinar, pero la cinta apareció en mi radar, nada más eso importa de aquí en adelante. La primera sorpresa es que es la opera prima de su director, Fernando Coimbra, de quien pensaba tendría un par de cintas más en su haber. La otra sorpresa es que "O lobo atrás de porta" es la primera película brasileña comentada en este blog, y yo juraba que ya habían un par por estos lares, pero esa es la gracia de las sorpresas... ¿Calidad? "O lobo atrás da porta" es una excelente thriller que pondrá los pelos de punta a más de alguno, sobre todo a aquellos que tengan descendencia.
Una madre va a buscar a su hija al jardín infantil, pero en vez de encontrarse con su retoña, la brillante encargada del lugar le dice que ya se la ha llevado una vecina debidamente certificada y todo, aunque, desde luego, todo fue un vil engaño para llevarse a la niña. Se da aviso a la policía, al padre, y comienza la búsqueda, indagando en los posibles sospechosos y qué motivos podrían tener estas hipotéticas personas para tal atroz acto. Así, comenzamos un terrible recorrido por las más bajas pasiones humanas...
Sí señores, las bajas pasiones humanas, o las grandes pasiones rebajadas a maldad pura, o simplemente la bajeza moral chisporroteando su podredumbre hasta las cosas supuestamente más nobles e inocentes. Nadie se salva en esta película, todos (los adultos) son personajes en el filo del abismo personal y humano, tanto que un susurro o una caricia te hacen caer con la misma fuerza que un empujón por la espalda o una patada en los testículos. La niña es secuestrada, la madre llega a la comisaría, llega el padre, llega una tercera, los hilos comienzan a atarse y desatarse, un tira y afloja asfixiante y desconcertante, pistas falsas que se convierten en verdad, etc. Fernando Coimbra construye un notable juego narrativo que avanza a base de raccontos, ya saben, "¿alguien que por alguna razón quisiera hacerles daño"?, "oh, sí, una bella dama que conocí en el metro, estoy seguro...", "¿y qué tiene que ver usted con ella, señor?", "bueno, ja, ja, usted ya sabe...", "no, no sé...", y de ahí el puzzle que comienza a armarse, siempre amparado en un excelente y firme pulso acompañado de una atmósfera que descoloca por su mezcla de profunda sordidez con la más tranquila e inofensiva cotidianidad, casi anunciando que una rutina cualquiera podría, de repente, ver las puertas del infierno abrirse frente a sí para descender, en realidad verse arrastrado contra la propia voluntad, por las tortuosas escaleras hasta el fondo del abismo. O sea, la cosa empieza mal, con la niña secuestrada, pero de ahí en adelante todo empeora que ni se imaginan, y es que un chantaje es "el mejor" motivo que esperar considerando lo grave en que se torna la situación minuto a minuto. Eso sí, ante todo, "O lobo atrás da porta" no es un policial concentrado en el procedimiento; no veremos ejercicios al estilo CSI ni forenses que hablan súper rápido ni nada por el estilo... Ésta es una película de personajes y la conducta humana, una punzante exploración por los rincones ocultos de unos personajes que, a su vez, también van develando los rincones ocultos de una sociedad y una ciudad, de un estado de las cosas. "O lobo atrás da porta" es mucho más sombría de lo que su ya de por sí terrible argumento sugiere, logra ser una demoledora y pesimista mirada al ser humano mismo en toda su bajeza y vulnerabilidad, que no es necesariamente cuando estamos con el culo al aire luego de unos memorables sesenta minutos, sino cuando no tenemos nada que perder a la vez que todo, cuando no valemos nada de nada porque aquello que nos mantiene con vida se balancea justo arriba del vacío eterno...
Quizás podría reprocharle a Fernando Coimbra el que variara la narrativa del relato, pasando de una primera mitad (aproximadamente) basada en los mencionados raccontos a una segunda mitad que es en sí misma un solo gran racconto. No hay nada estrictamente malo en esto, sólo que los primeros y breves raccontos servían como un interesante juego del gato y el ratón informativo, con variedad de relatos que entregan muchos datos y pocas respuestas y, por ende, ayudan a incrementar la tensión y la densidad atmosférica casi sin pausa alguna. Luego viene el gran racconto final, antecedido con un "ok, ok, les contaré toda la verdad" que, conteniendo ese terrible descenso a los infiernos que duele ver (sobre todo por esa conclusión que es un auténtico mazazo de, cuanto menos, infinito malestar), que pierde de manera bastante brusca y precipitada su importante grado de incertidumbre y tensión, por no hablar del cambio de ritmo, de lo frenético a lo más pausado, nada que me moleste ("ser lenta" no tiene nada de malo si la cinta tiene una historia y un fondo que contar) aunque uno resienta el cambio durante la transición. Pero pasa rápido y seguimos sufriendo/disfrutando. Pasamos de un inteligente puzzle a una revelación total, lo que está bien pero, desde luego, pudo haberse resuelto y ejecutado de manera más gradual en pos de un visionado más fluido. Con todo, Fernando Coimbra se erige como un excelente y sólido narrador, creador de atmósferas y, a fin de cuentas, un director al que habrá que estar atento de aquí en adelante, pues, recuerden, están ante su opera prima.