O son unos cobardes asquerosos o unos repugnantes embusteros

 He atendido, y escuchado, con el mayor respeto a todos esos/as que me decían que no era bueno intentar detener como fuera al PP  en las urnas porque “cuando peor, mejor, cuando el pueblo se hundiera ya hasta límites realmente insoportables, esto estallaría y todo saltaría por los aires”.

 ¿Y?

 A lo peor es que ando fuera de la realidad, es muy posible. Leo todos los días lo que se puede leer y más, pero es posible que me falte información.

 Si atendemos a todos los indicadores sociológicos la situación es más que desesperada, insostenible, pero, repito ¿y?

 ¿Dónde está el estallido, dónde la explosión, qué tiene que pasar para que esto salte por los aires?

 Según dicen, han empezado los suicidios, como en Grecia, sólo que aquí parece que somos menos temperamentales y las cosas se hacen con más discreción, pero lo cierto es que ya he visto a gente completamente desharrapada tumbados en el suelo, a la puerta de los hospitales.

 Cuando al rato volví, el pobre hombre ya no estaba, ¿adonde lo habrían llevado, a la cárcel o lo habían dejado entrar, al fin, en el hospital? No lo sé.

 Al fin y al cabo, me dirán los que están de acuerdo con todo lo que está sucediendo, sólo se trataba de un sólo hombre,-la aparente sobreabundancia de la frase está buscada de propósito-,pero es que yo el otro día les hablaba también de cuando fui a urgencias y, al salir, en los contenedores, había decenas de personas buscando febrilmente en la basura, algo que llevarse a la boca y cómo me miraron, no sé si con odio o con otro sentimiento aún peor.

 Y el puñetero CIS dice que hay 5 millones de parados y Cáritas y otras onges que más de 12 millones de españoles ya no pueden sobrevivir porque han superado el límite de la extrema pobreza, ¿dónde coño está toda esta gente, por qué no salen de sus guaridas, porque ya viven como perfectos animales, como pequeña bestias, y aprovechan la que quizá sea la única posibilidad que se les ofrezca, esas marchas convergentes de los mineros en huelga hacia Madrid?


 Por eso titulaba o “asquerosos cobardes o repugnante embusteros”, o no es verdad que su situación sea tan desesperada o se trata de un problema patológico de falta de valor, de insuficiente desesperación, o sea que o mienten como bellacos y su situación no es tan desesperada, están logrando sobrevivir a expensas de los padres o hermanos pensionistas o trabajan en el mercado negro en la famosa economía sumergida.

 Porque de otra manera no se explica que la marcha de los mineros, como sucedió con aquellas gentes que nos contaron Eisenstein en El acorazado Potemkin o  Bertolucci en  Novecento no se haya ido multiplicando a millones y toda la España hambrienta se halle hoy circulando por Madrid, porque ésta sí que es una ocasión única: que una fuerza social bien organizada y dispuesta a todo hasta a batirse a cielo abierto contra los cipayos de la represión no sea secundada alborozadamente por los que son no sólo quienes más lo necesitan sino también los que no tienen nada que perder.

 A lo peor no vuelve a presentarse una ocasión como ésta.

 Lo dicho: o las cosas no están tan mal, que yo creo que sí lo están, o toda esa gente que tanto se queja son unos puñeteros cobardes que asienten con su insuperable pasividad a la opresión intolerable que sufren.