Para evangelizar el Nuevo Mundo, España obtuvo el privilegio de la Santa Sede, de poder administrar la obra evangelizadora en sus dominios americanos. De esta manera, las órdenes religiosas que progresivamente llegaron a Nueva España se repartieron el territorio por el bien de la Conquista espiritual. En este caso me refiero a los dominicos, seguidores de la regla de santo Domingo de Guzmán, quienes llegaron a Nueva España en 1529, y evangelizaron las regiones sureñas, en los actuales estados de Oaxaca, Chiapas, Puebla y Guerrero. El 21 de junio de 1535 se erigió la Diócesis de Antequera de Oaxaca, a cargo del Obispo Mons. Juan López de Zárate, y el 23 de junio de 1891 se elevó a la categoría de Arquidiócesis, a cargo del Arzobispo Eulogio Gillow y Zavalza.
La evangelización de Oaxaca fue complicada para los dominicos, quienes se enfrentaron a lo difícil del relieve montañoso de la zona, pero a pesar de ello, su tarea fue fructífera y amplia. Con todo y que cada orden trabajaba independiente de la otra, la forma de catequizar fue semejante. Los dominicos estudiaron las culturas de la región, elaboraron vocabularios de las lenguas nativas y enseñaron usando diversos métodos, como obras teatrales, música, dibujos, etc. Aunque los religiosos aprendieron las lenguas de los naturales y les enseñaron así la doctrina cristiana, loúnico que no les pudieron traducir fue la Biblia, puesto que a su llegada, el Concilio de Trento revisaba nuevamente las Santas Escrituras, de modo que era difícil dar una traducción a lenguas que apenas estaban conociendo. A continuación, la oración del Padrenuestro en mixteco:
Paa me ñaa yeeni antivi,
nta caañicu mee sivini,
kihzaani nundiigüe thi Reino
saameni ña cuninii nuu ñuuyoo
tono saani antivi;
cuaani kiiyo nuugüe pan saanso kii,
cucanuinini hzaa ntucaagüe
tono meegüe eucanu inigüe cue ena
canaatzagüe masta cooni yuu yaayu nuu
cuachi ara sacuniyu ñuu ñaa vaa hsaan vaa. Amén
El antiguo culto mesoamericano se realizaba al aire libre, así que para poder transmitir la fe, las iglesias, ubicadas junto al monasterio, contaban con capillas abiertas destinadas a la liturgia al aire libre. En ocasiones, en las esquinas de los atrios de esas iglesias, estaban las capillas posas, pequeños edificios cuadragulares abovedados, cuyo objetivo era dar la catequesis al aire libre y/u organizar e iniciar procesiones que terminaban en la cruz ubicada en el centro del atrio.
De mediados del siglo XVI al XVII, los dominicos construyeron 110 parroquias, templos y conventos de estilo barroco, distribuidos a los largo del Camino Real, de la Ciudad de México a la de Guatemala, y que atravesaba la región de la Mixteca, los valles centrales de Oaxaca y el Istmo de Tehuantepec. Aunque realmente no hubo una verdadera evangelización, sino una asimilación o sincretismo.
Una característica estas iglesias levantadas por los dominicos en la región de Antequera-Oaxaca, fue que la sismicidad de la región obligaba a construir iglesias de poca altura. Si se compara, la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Oaxaca o la de Santo Domingo en la misma ciudad, con la iglesia de Santa Prisca de Taxco o la Catedral de México, las segundas son más altas.
Nota: Este artículo se lo dedico a mi papá, por su cumpleaños, que aunque a veces no nos entendamos, lo quiero y admiro por ser mi padre. Y aunque no era su objetivo, de niño me inculcó el gusto por la Historia al llevarme a visitar su estado natal, Oaxaca, y más específicamente la iglesia de su pueblo Teposcolula, que pueden observar en la primer foto, y que tanto añora regresar a visitar.