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El presidente Barack Obama anunció el miércoles el despido del jefe de la agencia fiscal estadounidense debido al escándalo por la investigación que esa oficina hizo a grupos conservadores vinculados al “Tea Party”.
Obama dijo en una declaración leída a la prensa en la Casa Blanca que el secretario del Tesoro, Jack Lew, le solicitó y obtuvo la renuncia del jefe de la IRS (Internal Revenue Service, la agencia fiscal estadounidense), Steven Miller, al tiempo que prometió la implementación de reformas que garanticen que no se repitan hechos similares.
Al calificar los hechos de “inexcusables”, un ofuscado Obama dijo que “los estadounidenses tienen derecho a estar molestos”.
“Yo estoy enojado. No toleraré este tipo de comportamiento en ninguna agencia, menos aún en la IRS”, dijo. “La IRS debe funcionar con una integridad total”, subrayó.
“Los responsables deben rendir cuentas. (…) Hoy, el secretario Lew tomó una primera medida al reclamar y obtener la dimisión del director interino del IRS”, señaló
“Debemos tomar medidas para asegurarnos de que nunca más tenga lugar este tipo de comportamiento”, agregó.
Según el presidente, debe establecerse un nuevo sistema de controles y salvaguardas para asegurar que el episodio no se repita.
“Dada la controversia que rodea a esta auditoría (del escándalo), es importante poner en práctica un nuevo liderazgo que puede ayudar a restaurar la confianza en el futuro”, resaltó Obama.
El presidente, que ha rechazado los intentos republicanos que le vinculan con el escándalo de la independiente agencia IRS, también se comprometió a trabajar directamente con el Congreso, que lleva a cabo sus funciones de supervisión en la materia.
El escándalo estalló cuando se supo que los funcionarios que controlaban las aplicaciones de la exención fiscal se centraron en grupos conservadores señalados con nombres con frases como “Tea Party” o “Patriotas”, vinculados al adversario Partido Republicano, que se esperaban plantearan feroz oposición a Obama.
El congresista republicano Darrell Issa dijo a la cadena CNN que Obama había dado un “buen primer paso” y prometió una investigación robusta del Congreso sobre el escándalo.
“El presidente va a encontrar socios muy dispuestos en el Capitolio”, declaró Issa.
“Creo que en este caso, se le tomó mucho la palabra de que quiere ser abierto y transparente, en arreglar el sistema y poner nuevos controles en su lugar.”
Pero el líder republicano del Senado Mitch McConnell indicó que la controversia está lejos de terminar mientras su partido intenta utilizarla para frenar el impulso político de Obama al comienzo de su segundo mandato.
“Estas acusaciones son graves -que hubo un esfuerzo para que el poder del gobierno federal influir en los que no están de acuerdo con la administración federal, en medio de una elección nacional recalentada”, dijo McConnell.
“Estamos decididos a obtener respuestas, y para garantizar que este tipo de intimidación no vuelva a suceder en el IRS, o cualquier otra agencia.”, aclaró.
Más temprano, el fiscal general Eric Holder había prometido una investigación a nivel nacional sobre las denuncias, al tiempo que tuvo que soportar un interrogatorio de los furiosos legisladores republicanos sobre el escándalo IRS, durante una audiencia en la Cámara de Representantes.
“Los hechos nos llevarán a donde nos tengan que llevar”, dijo Holder, prometiendo que la pesquisa se extendería a nivel nacional, más allá de la ciudad de Cincinnati, Ohio, donde se denunció que tuvieron lugar las violaciónes fiscales.