Haciéndose eco de las sugerencias de Robert Reich y Joseph Stiglitz, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, propuso hoy un plan de ajuste presupuestario que aumentará los impuestos al 1 por ciento más rico del país. Este plan pretende reducir la deuda pública que actualmente llega a 14,3 billones de dólares, en cuatro billones en los próximos doce años. Obama realizó estas declaraciones en la Universidad George Washington, la misma en la cual la semana pasada, el jefe del FMI señaló que el Consenso de Washington ha muerto.
Obama aseguró que su propuesta pone todo tipo de gastos sobre la mesa, pero protege a la clase media, a los jubilados y a las inversiones en el futuro. Esta reforme exigirá que para la segunda mitad de la década la deuda del país, en la actualidad de 14,3 billones de dólares, se reduzca a un porcentaje del PIB. Para ello se establecerá un mecanismo que pondrá en marcha recortes automáticos de gasto si, para 2014, la proporción proyectada de deuda-PIB no se ha estabilizado. Estos recortes no se aplicarían en ningún caso a los programas de sanidad pública, a la Seguridad Social o a las ayudas a los más desfavorecidos.
El plan de Obama combina un recorte del gasto público, que representará tres cuartas partes del ahorro, con una reforma del código fiscal que, entre otras cosas, eliminaría los recortes de impuestos a los más ricos que aprobó su predecesor, George W. Bush. Es una propuesta que supondrá cerca de dos billones de dólares en recortes presupuestarios; recortará los intereses del pago de la deuda en un billón de dólares, y la reforma fiscal podrá eliminar otro billón en gastos del Código Fiscal.
Entre los principales recortes, Obama propone la congelación de los gastos no obligatorios en el presupuesto federal, lo que, según sus cálculos, permitirá ahorrar 770.000 millones de dólares en doce años. También prevé ahorros en el presupuesto de Defensa por valor de 400.000 millones de dólares, mediante una subida de sus fondos que se sitúe por debajo de la inflación.Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización