El mes pasado fue el Día mundial contra la Obesidad y quiero compartir esta reflexión contigo.
¿Cuál sería para ti la enfermedad del siglo XXI? Yo lo tengo claro: la obesidad. La obesidad es el punto de partida de enfermedades como la hipertensión, la diabetes o la hipercolesteronemia.
¿No te parece una paradoja que por un lado siga existiendo hambre en el mundo y por el otro haya tanta gente que come más de lo que debe? No necesariamente comen más, pero si peor.
Los números son escalofriantes, o por lo menos a mi me lo parecen. Allá por el 2014 ya había un 40% de adultos con sobrepeso. ¿Sabes qué significa eso? Adulto gordo, niño gordo. No tiene más misterio. Los niños comen lo que les dan sus padres, aunque los colegios tampoco ayudan.
La industria alimentaria tiene mucha culpa de esto. Nos han hecho creer que lo más normal es desayunar un Colacao con galletas. Se que muchos se llevaran las manos a la cabeza y dejaran de leer ipso facto tachándome de radical. Solo te pido que sigas leyendo mi explicación y que al final decidas si quieres darle esa alimentación a tus hijos o no.
Si tomamos el desayuno anterior, empezamos ya el día con un subidón de azúcar innecesario. Según los anuncios que salen en la televisión con dibujitos y regalos que llaman la atención de los niños, este desayuno está destinado a los más pequeños de la casa.
¡Vaya!
Según la OMS (Organización mundial de la salud) se estima que hace tres años, 42 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso u obesidad y que, en los últimos 15 años esta cifra ha aumentado en 11 millones.
Pero todavía vemos normal ese tipo de desayunos. Prueba a cambiar el Colacao por cacao puro. De hecho, puedes meter el cacao en el mismo bote del Colacao para que los niños no noten el cambio.
El problema de un niño con sobrepeso, aparte de las enfermedades que le puede producir su sobrepeso, es que está adquiriendo unos malos hábitos alimenticios. Seguro que tu también tienes el típico amigo al que no le gusta el pescado. Eso es porque desde pequeño nadie le enseño a comer pescado.
Es en la infancia cuando se asientan todas nuestras creencias y ya se sabe lo que cuesta cambiarlas.
Alguna vez en la farmacia mientras explicaba esto había alguna persona que me decía que nuestro cerebro necesita azúcar para vivir. Vale, pero con un poco basta. Además, lo podemos obtener de frutas y verduras.
Tomamos azúcar por encima de nuestras posibilidades.
Si solo tomásemos ese azúcar en el desayuno, (ya hablaremos de las grasas indeseables que le acompañan) no pasaría nada. Pero es que, el tren del azúcar ha salido de la estación y no va a parar. Raro es el producto ultraprocesado que no lleva azúcar, unas veces más fácil de identificar que otras.
A simple vista no se ve: una pizza congelada no sabe dulce y un trozo de chorizo tampoco, lo sé. No tienes más que mirar la etiqueta y bucear entre sus ingredientes. Los ingredientes en la lista se disponen de mayor a menor concentración. Créeme, es sorprendente. Productos salados que a simple vista no deberían llevar azúcar, lo llevan.
Ya hemos hablado del desayuno de los niños, ahora hablemos de la merienda. ¿Bocadillo de embutido? El embutido es una carne procesada desaconsejada por la OMS en 2015 junto al consumo de carne roja. Si te fijas en los envases de pavo en lonchas, por ejemplo, encontrarás de todo menos pavo: almidón, azúcar, conservantes...
Cambia el bocadillo por piezas de fruta y frutos secos: comida real, fácil de comer y asequible.
Esto son solo dos ejemplos fáciles de cambiar que mejorarán la nutrición de los niños y de los no tan niños.
La obesidad es una enfermedad que se puede evitar adquiriendo unos hábitos alimenticios basados en comida real libre de ultraprocesados.
No nos olvidemos lo que acompaña a una dieta sana: deporte, deporte y deporte. Mantente activo. Si te duelen las rodillas, anda o nada. Muchas veces los dolores se esquistan por falta de movimiento.
No te digo que corras maratones pero sí que, pase lo que pase, nunca dejes de moverte.
http://www.who.int/es/news-room/11-10-2016-who-urges-global-action-to-curtail-consumption-and-health-impacts-of-sugary-drinks