No hay que tener remilgos. Lo importante es lo importante. ¿Acaso nos deberían preocupar los guineanos? Lo que debe importarnos es tener relaciones con quien manda. Y cómo manda. Eso es lo que piensan nuestros gobernantes, los de ahora y los de antes. Para ellos lo esencial son las relaciones económicas y esas no las deciden los ciudadanos de a pie. Por eso, nos entendemos muy bien con el gobierno de Guinea. A pesar de que se sabe que su dictador Obiang Nguema es un dictador canalla que tiene a su pueblo en la absoluta miseria cuando la renta per cápita (35.000 dolares) es superior a la italiana, francesa o española y sin embargo los ciudadanos viven en la miseria con una esperanza de vida de 50 años. Un país donde desaparecen activistas y son torturados los opositores. Una nación donde uno de cada cinco niños muere antes de los cinco años.
Pues sí, este dictador violento, torturador y multimillonario ha sido invitado a dos actos en esta semana. Ayer al funeral celebrado en homenaje a Adolfo Suárez, y hoy a una conferencia en el Instituto Cervantes de Bruselas. En el funeral le escondieron para que pudiera saludar con amor fraternal a nuestro querido rey. Y digo le escondieron porque ni Televisión Española ni ningún medio pudo asistir a este entrañable abrazo (tan entrañable como el que nuestro monarca suele dar a otros dictadores, por ejemplo, al de Arabia Saudita o al de Marruecos), hicieron que pasara desapercibido, a sabiendas de que esa imagen no era pertinente.
Y esta mañana ha dado una conferencia en el Cervantes de Bruselas, en la que ha agradecido a su amigo Juan Carlos que haya intervenido para que fuera invitado al acto. Supongo que no entraba en la cabeza de la Casa Real esta inoportuna mención que ha descubierto el pastel. Y es que el Rey no gana para disgustos. Encima de que ayuda al dictador a relacionarse en Europa, va y éste le desenmascara. En fin, una más de nuestro querido monarca que va de flor en flor, lástima que se trate de crisantemos y huelan.
Por cierto que no hace mucho nuestra querida ROJA, ya saben la selección de fútbol campeona del mundo fue de forma gratuita a jugar a Guinea. Se ve que hay una política vergonzosa para hacer una campaña en pro de la normalización de Guinea que forma parte de lo que se conoce como “marca España”.
Este gobierno y este rey han demostrado una vez más que por encima de los derechos humanos –que el dictador Obiang tanto conculca— están las relaciones económicas. Así, de forma desvergonzada pero ingenua piensan que tratando bien a este asesino –así lo reconocen desde Amnistía Internacional o Human Rights Watch— pueden conseguir contratos comerciales. En busca de petróleo, madera y pesca nuestro rey y nuestros gobiernos (éste y anteriores) pierden el culo ante este sátrapa sin importarles nada los derechos humanos. Claro que de nada les sirve porque tanto USA como Francia se les han adelantado y les han dejado sólo con los despojos.
Salud y República