Antes de comenzar un tratamiento, y tras realizar una evaluación lo más completa posible, hemos de plantearnos unos objetivos a conseguir con el trabajo que realicemos.
Dichos objetivos deben cumplir una serie de requisitos:
- Ser claros. Puede parecer de perogrullo que lo diga, pero deben ser comprensibles por cualquier persona. Cuanto más breves, mejor.
- Ser mensurables (medibles) para objetivar los resultados.
- Ser progresivos: Es mejor comenzar con objetivos que se puedan alcanzar con facilidad para ir aumentando la dificultad poco a poco.
- Estar ajustados a las posibilidades de recuperación/compensación que pretendemos alcanzar. Habrá que tener cuidado e "hilar fino" ya que tan negativo es presentar objetivos no alcanzables que le frustren como tan fáciles de lograr que no le motiven.
- Estar enmarcados temporalmente de forma acorde con el punto anterior.
Los objetivos que nos planteemos antes de iniciar el tratamiento en terapia ocupacional estarán dirigidos hacia la recuperación de la competencia funcional, a través de la mejoría de las limitaciones en las actividades y las restricciones en la participación.
Puesto que cada afectado presentará diferentes déficits en función de la naturaleza, lugar y extensión de la lesión no podemos enumerar aquí un listado de objetivos concretos, pero sí podemos decir que el objetivo fundamental de la terapia ocupacional es capacitar al individuo para desarrollar las actividades significativas dentro de sus roles personales de la manera más independiente posible.
Fuentes:
Polonio, Begoña; Romero, Dulce Mª. "Terapia Ocupacional aplicado al Daño Cerebral Adquirido". Ed. Médica Panamericana. 2010
Sánchez Cabeza A. Terapia ocupacional y daño cerebral adquirido. Conceptos básicos. TOG (A Coruña) [revista en internet]. 2005. [Consultado el 11/12/11]; [34 p.]. Disponible en http://www.revistatog.com/num2/num2art4.htm
Paloma Peña