La fonsadera en términos generales, era un pago establecido para quienes no quisieran o pudieran acudir a la llamada del rey para incorporarse al ejército, o razzia concreta. Y
a que el termino fonsado, fue utilizado igualmente en algunas ocasiones, para nombrar expediciones militares a lo largo del siglo X.
Parece ser, que en origen la fossataria no fue estrictamente una cuota para librarse del servicio militar sino para recaudar una gabela que habría de ser entregada por aquellos hombres que quedaban exentos de acudir al fonsado; es decir, no podían, bien porque no tenían medios, bien porque fueran tullidos, bien porque no quisieran.
Teniendo en cuenta que la fonsadera era una carga denigrante en aquellos tiempos que se agrupaba junto a otros pagos o multas equiparables a las que pagaban: ladrones, homicidas, raptores, violadores etc. En el siglo XI, la fonsadera ya se incluye dentro de los llamados malos usos o malos foros.
Todo esto lo entenderemos mejor, si comprendemos que durante buena parte de la alta edad media hispánica, y quizás europea, la actividad guerrera se consideraba dignificante para el hombre, y propia de determinados grupos sociales privilegiados. Mientras que por el contrario, aquellos que estaban sometidos por el gravamen (fonsadera) carecían de esta posición y pertenecían a las capas más humildes. Era considerado una deshonra no participar en la guerra por no disponer de medios para dotarse mínimamente. Y por ello la multa les recordaba su estado o posición social ante el propio rey, o las gentes de sus comarcas.
En Europa occidental, existe un ejemplo conocido y especial de fonsado y fonsadera, si es que se las pudiera llamar así dentro del mundo anglosajón. Cuando Alfredo de Wessex, obliga a todos los hombres en edad de armas que se unan al ejercito sajón para combatir a los invasores vikingos de Dinamarca. Aquellos hombres que no podían unirse a las tropas fueron sancionados con pagos especiales. (Saxon military revolution – rasgos y obligaciones militares propios de cualquier población fronteriza)
Como hemos visto, la fonsadera, pasó de ser un impuesto para aquellos hombres libres o plebeyos que por algunas razones no podían o se negaban acudir a la guerra o expedición militar ante la llamada de rey. A ser una multa o gravamen equiparable con la impuesta a otros delincuentes. Aun así en determinadas ocasiones el rey podía “liberar” a determinadas poblaciones o familias de cumplir el fonsado, y en consecuencia de la multa correspondiente. Normalmente estas decisiones tenían una connotación de gratitud o recompensa por favores en el pasado.
Quizás en principio pudiera parecer que solo los campesinos eran blanco de las multas por negarse a acudir a la guerra, pero no es así. Durante el siglo X, muchos infanzones de Castilla se negaban a cumplir la ley del fossato ante la llamada del rey de León. Y precisamente fue la fonsadera una ley original en Castilla para obligar a los nobles y aristócratas a pagar la multa y sanciones correspondientes.
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Revista Cultura y Ocio
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